"Por Un Valencia campeón"

Cierto fatalismo comienza a deambular por la mente de la afición del Valencia, que observa con una mezcla de resignación, guasa e ira, el peor comienzo liguero de la historia de su equipo. En sus 78 años de vida, el Valencia nunca se quedó vacío en su casillero tras las cuatro primeras jornadas disputadas. Se trata pues de una crisis histórica, aunque la gente lo asume como parte ineludible del destino del club. Parece exagerado, pero se empieza a recordar el último descenso del Valencia a Segunda División, en 1985, al tiempo que se cita a modo de chanza el lema que lanzó a Francisco Roig a la presidencia del club, Por un Valencia campeón.En plan de guasa, sí, pero con cierta dosis de rabia y frustración tras las desproporcionadas expectativas creadas en la pretemporada. "Nunca he dirigido una plantilla de tanta calidad como ésta, ni siquiera en el Real Madrid", dijo Jorge Valdano antes de ser despedido tras sumar tres derrotas consecutivas. Sin obviar la determinante lesión de Romario, la

piedra angular del proyecto de Valdano y, como parece confirmarse, un jugador temerariamente insustituible.

La cuarta derrota valencianista, el pasado sábado ante el Madrid, pertenece ya al currículo del nuevo técnico, el italiano Claudio Ranieri. Tras su primer partido al frente del equipo, se percibe el gusto del italano por amarrar la defensa (jugó con tres centrales), así como por buscar el contragolpe. Suele suceder, sin embargo, que jugadores de un estilo muy marcado (el de Valdano, con un juego basado en el toque) es dificil que se adapten a una filosofía contrapuesta.

De momento nadie o casi nadie apunta hacia el palco. En tres años y medio al frente del club, Roig ha firmado despidos con fruición pero sin resultados para encontrar su obsesionado Valencia campeón. Ni una sola pancarta contra Roig adornaba las gradas de Mestalla en el choque ante el Madrid, probablemente porque el presidente habría ordenado retirarlas, pero también porque se da por sentado su control accionarial del club.