RIESGO FEMENINO

Ya se sabe del mito de la virilidad futbolística y de la propensión de los entrenadores a resolverlo todo con desaforadas arengas genitales. Tal vez por ello la presencia de mujeres en un vestuario resulta un espectáculo indigerible para los que manejan el tinglado del balón. Así lo han podido' comprobar Rebeca Viñas, Rosa Pardal y Ana Rey, tres chicas de 14 años que viven en Valga (Pontevedra), a las que la Federación Gallega de Fútbol acaba de expulsar de un equipo mayoritariamente masculino. Las tres muchachas entrenaban el pasado martes con sus compañeros del Furia Atlético, un club de Tercera Regional, cuando les sorprendió la aparición de un grupo de periodistas. Por ellos se enteraron de que la Federación se había negado a tramitar sus fichas alegando que los estatutos del organismo prohiben la formación de equipos mixtos a partir de los 11 años. Las autoridades futbolísticas entienden que desde esa edad se acentúan las diferencias físicas entre los sexos, por lo que las mujeres se exponen a un serio riesgo de sufrir lesiones de gravedad. Rebeca, Rosa y Ana se integraron en el equipo masculino porque en Valga (6.274 habitantes) no había más chicas interesadas en emular a los ídolos del balón. Sus compañeros y los directivos del club las aceptaron con naturalidad, hasta que llegó el momento de inscribirlas oficialmente en la Federación. Entrevistada ayer por la cadena SER, Rebeca Viñas, una interior derecha de poblada melena rubia, no salía de su perplejidad: "Esto no tiene pies ni cabeza. Si somos todos iguales, ¿por qué no podemos jugar nosotras también?". El club se ha puesto incondicionalmente al lado de las chicas y dice que está dispuesto a apelar al Consejo Superior de Deportes (CSD) para revocar el acuerdo de la Federación gallega-