_
_
_
_
Crítica:'BUSCADOS CON CARGO'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El policía televisivo

"La verdad es que con una sierra mecánica se descuartiza muy bien". El doctor García Andrade lo dijo así, textualmente, y siguió hablando tan tranquilo, con la sonrisa de medio lado, ante más de millón y medio de personas, el 17,9% de los españoles que a las 23.25 tenían encendido el televisor. "Hoy en día", remató, por si había quedado alguna duda, "no existe gran dificultad técnica".Son las ventajas del directo. El doctor García Andrade fue uno de los invitados del programa Buscados con cargo, estrenado la noche del pasado jueves en TVE-1. Junto a otro de los participantes -un tatuador profesional- intentó arrojar alguna luz sobre el hallazgo de los restos de un hombre descuartizado. ¿Quién lo mató?, ¿por qué? ¿dónde fueron arrojados los brazos y las piernas?, ¿tienen alguna relación con la muerte los espantosos tatuajes que el finado lucía en vida? Y, lo que es más importante, ¿conoce usted a los asesinos? Desde ahora, la respuesta a estas preguntas no es sólo un reto policial, sino también televisivo.

El programa, producido por Paco Lobatón y presentado por Nuria Gispert, se parece algo al popular espacio norteamericano Los más buscados de América, otro algo a Quién sabe dónde y un algo más a Se busca, el malogrado programa de José Antonio Gavira en Antena 3. El del jueves, más que un estreno, resultó ser la presentación de sus estrellas: una inspectora de policía (con uniforme y todo) y un "observador", encarnado por Rafael Escuredo, ex presidente de la Junta de Andalucía y, en la actualidad, socio de Lobatón.

La inspectora de policía estará al frente de una. "oficina de búsquedas" y de su éxito dependerá también en buena medida el futuro del programa. La noche del jueves -sensiblemente nerviosa por el estreno- ya ofreció un trato a los telespectadores: discreción absoluta a cambio de pistas con las que poder echar el guante a algún canalla. Rafael Escuredo sufrió su primer resbalón. Delante de los familiares de un hombre fallecido de una brutal paliza seguida de una más que presunta negligencia sanitaria, sólo se le ocurrió decir: "Me recuerda al dicho popular: 'Entre todos lo mataron y él solito se murió".

No obstante, la única parte realmente negativa de un programa generalmente correcto -muy sobria Nuria Gispert, sin risas a destiempo- fue un reportaje sobre varias familias de rumanos que viven cerca de Madrid. Se les hizo responsables de un sinfín de fechorías sin aportar pruebas, sólo las declaraciones airadas de sus presuntas víctimas. Mientras una voz en off iba contando lo malos que son, la cámara recorría el campamento, enfocando sin pudor a niños, mujeres y hombres; haciéndoles compinches del delito.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_