Zedillo destituye al presidente del PRI vinculado al fracaso electoral

El presidente mexicano, Ernesto Zedillo, destituyó ayer de forma fulminante al máximo dirigente del gubernamental Partido Revolucionario Institucional (PRI), Humberto Roque, cuya renuncia estaba ya pronosticada a raíz de los desastrosos resultados cosechados en las elecciones del 6 de julio. En ellas, el PRI perdió tres gobiernos estatales y la mayoría absoluta en el Congreso.La decisión de Zedillo sorprendió sin embargo a la clase política, volcada en la primera comparecencia de un ministro ante el pleno de la Cámara de Diputados.

No puede decirse que la despedida de Roque haya sido airosa. La primera noticia procedió de un escueto comunicado de la Secretaría de Hacienda, que anunciaba su designación al frente de una pequeña compañía paraestatal de seguros "a propuesta del presidente de la República". Minutos después, el hasta entonces líder del PRI envió su carta de renuncia a la presidencia del partido para asumir el cargo para el que había sido invitado".

Nadie dudaba que la salida de Roque era inminente. Se trata de una especie de rito de sacrificio que ha acompañado a los fracasos del partido, como lo atestiguan los siete presidentes que han desfilado por el PRI en los últimos nueve años.