Siete muertos y 170 heridos en un atentado palestino en Jerusalén

El grupo radical palestino Hamás volvió ayer a desafiar a la Autoridad Palestina de Yasir Arafat y al Gobierno de Benjamín Netanyahu con otra matanza en el centro de Jerusalén. Tres suicidas hicieron estallar sendas bombas en una concurrida calle peatonal y murieron cuatro transeúntes, además de los terroristas. Otras 170 personas resultaron heridas. La primera reacción de Israel fue la de bloquear los territorios que administran los palestinos y bombardear el sur de Líbano.

Los tres artefactos que portaban los suicidas, separados entre sí por una treintena de metros, estallaron a las 15.06 (una hora menos en la España peninsular), en intervalos de menos de cinco segundos, en una céntrica calle peatonal de Jerusalén. Las explosiones se oyeron en toda la ciudad. Fue una acción parecida a la del pasado 30 de julio en el mercado de Mahané Yehuda, en el que murieron 15 personas y los dos militantes suicidas de Hamás. "Condeno por completo estas acciones terroristas que van en contra de los israelíes, de los palestinos y de todo el proceso de paz", dijo Yasir Arafat. Poco después fueron detenidos dos dirigentes de Hamás. El Gobierno de Netanyahu actuó de inmediato con medidas extremas: ordenó de nuevo el cierre de la frontera con CisJordania y a medianoche ordenó acciones militares que se concretaron en diversas acciones de comando en el sur de Líbano. A la vez amenazó con más intervenciones "s iArafat no hace nada para acabar con el terrorismo". "Si no hay un cambio inmediato por parte de la Autoridad Palestina significa que no han llegado a la conclusión que se necesitaba, y en ese caso sacaremos nuestras conclustones", advirtió Netanyahu. "Los autores de estos ataques pretenden matar tanto a gente inocente como al mismo proceso de paz", comentó anoche Bill Clinton, tras hablar con Benjamín Netanyahu.