Simeone firmó la paz con Antic

Un giro del destino trajo Diego Pablo Simeone al equipo que hace poco más de un mes lloró su partida. Símbolo de la última plantilla del Atlético de Madrid que ganó una Liga, el centrocampista argentino volvió al estadio de sus mejores años futbolísticos, y la hinchada rojiblanca fue un solo grito: ¡Simeone!. El jugador confesó que había sido una jornada difícil, de añoranza y también de buena voluntad. Quería reunirse con Antic y hablar de las cosas que no habían hablado, de la manera de acabar con una situación desagradable. "No quiero quedarme con nada dentro. Quiero estar con él y cerrar cualquier herida". Y ambos hablaron. Poco después de la conclusión del partido, después de una noche emotiva para el jugador argentino, Simeone se acercó a Antic y se dirigieron al vestuario. Cerraron la puertas, charlaron, pusieron las cosas en claro y se agradecieron el gesto. "Yo quiero que todo le vaya bien al Atlético. Y si eso ocurre, es que le irá bien al entrenador", dijo Simeone.La noche que se vivió ayer en el estadio Calderón fue un ritual iniciático. Ayer comenzó una nueva era para el Atlético y para Simeone. El jugador se despidió de la afición que tantas noches lo había aclamado, de sus viejos compañeros. La hinchada lloró su partida. Los caminos de jugador y club se bifurcaron, pero Simeone dijo que esta era una "despedida de hasta luego, no de adiós". ¿Volvería con Radomir Antic en el banquillo? "No puedo adelantar qué puede pasar en el futuro, pero todavía sigo pensando en la gente del Atlético, siento cosas que me dicen que algún día voy a volver para quedarme", describe sus sensaciones y su voz fluye emocionada. "Es el club donde quiero terminar mi carrera deportiva".

Ayer por la tarde, Simeone no pudo dormir la siesta pensando en el partido. "Va a ser una noche distinta, la espero con mucha ansiedad, es mi despedida, tengo mil ideas que me dan vueltas en la cabeza, no he podido dormir", relató. Faltaba muy poco para que se subiera al autobús que lo llevaría al campo. En unos momentos más Simeone tendría ante sí a sus viejos camaradas jugando en campo contrario.

El mejor equipo de Europa

"El Atlético de hoy es quizá el mejor equipo de Europa", aventura, "Vieri, Juninho, y Lardín se han acoplado muy bien". "Y estoy muy contento de que Santi sea el capitán, es un chico que no habla mucho pero escucha, siempre ha querido al grupo, y yo lo aprecio mucho", concluye.

Sobre su polémica e inesperada marcha a Italia apenas quiere pronunciarse. El técnico serbio Radomir Antic dijo que no contaba con él. Ni la afición ni el vestuario aprobaron la medida, y el jugador se quejó de la falta de sinceridad del técnico, aunque ayer, antes del partido, Simeone parecía apostar por una postura conciliadora: "Yo no soy rencoroso, cada uno es como es y me dolieron muchas cosas que prefiero decírselas a la cara a Antic, esta noche me gustaría hablar con él y aclarar las cosas, lo quiero llamar". Así sucedió. Simeone llamó a Antic y cerraron una historia que había comenzado a pudrirse.

Se fue un jugador de los que dejan huella y muchos le echarán de menos en el Atlético, sobre todo en el vestuario, donde su figura siempre fue respetada. Simeone lo tiene claro: "Yo siempre digo que en el fútbol lo que importa es dejar algo, y. en los equipos lo más importante es la unión y la solidaridad en la plantilla", recuerda, "y la del Atlético era una plantilla unida por encima de todo, un grupo por fuerte más allá de individualidades". Y para el argentino lo seguirá siendo: "Ha llegado gente nueva pero quedaron tipos con personalidad, capaces de armar un gran colectivo". Y concluye rotundo: "Yo en los líderes nunca he creído". Se fue Simeone y dijo "hasta luego".