Jiménez, solo, incontenible y... al suelo
El suizo Zberg ganó la Subida a Urkiola aprovechando una caída del abulense
Fue mala suerte, pero alguno también podría llamarlo error de juvenil, la típica expresión que se usa para decir que alguien ha metido la pata. Quizá, en el fondo, se dieron las dos cosas, la mala suerte y el error, para evitar que José María Jiménez ganara ayer su tercera Subida a Urkiola. La mala suerte puede ser la lluvia que empezó a caer cuando apenas les quedaban tres kilómetros al abulense, al suizo Beat Zberg y al italiano Roberto Conti para llegar a la cima del puerto. El error, ponerse de pie sobre la bicicleta, hacer el esfuerzo máximo, dejando en el aire sobre el asfalto mojado la rueda trasera, en una curva cerrada a kilómetro y medio de la meta. La bicicleta patinó y el ciclista se fue al suelo, a la cuneta. El triunfo, en bandeja para Zberg. La victoria moral, para Jiménez: perdió casi un minuto en la caída y terminó segundo a sólo l9s del suizo.Y sin embargo, hasta entonces Jiménez y su equipo, el Banesto, habían hecho una carrera perfecta. Hablan creado las condiciones ideales para que el más fuerte triunfara. Y el más fuerte en las duras rampas de los 6,5 kilómetros del Urkiola era, sin duda, el campeón de España. Hecha la primera selección en la primera subida a Urkiola, más de 20 ciclistas, con todos los favoritos exceptuando a Chiappucci, se enfrentaron a la subida decisiva al fuerte tren marcado por el Banesto (o sea, por Aitor Osa). A su rueda, Aparicio, Ramontxul Beltrán y Jiménez. Y también el Mercatone Uno en pleno (o sea, Conti y Zberg) y el ONCE (Etxebarria y Zarrabeitia). Llegada la primera rampa, fue el turno del equipo italiano. Puro guión: Conti, aquel inagotable gregario de Pantani en los Alpes del Tour, lanzó el primer ataque, tendiendo un puente para su compañero Zberg (otro que tal bailó con el escalador calvo). Jiménez esperó un poco, tomó resuello, atacó y con facilidad alcanzó a Conti, con Zberg a su rueda. El trío, llevado por el italiano, hizo hueco. Jiménez, sobrado; Zberg, más atascado. Se trataba sólo, para el abulense, de eligir el mejor momento para atacar. Ese momento llegó a kilómetro y medio. Conti, agotado, se apartó. Zberg, desasistido, hizo todo lo que pudo (o sea, no mucho) para dejar a Jiménez. - Y éste, con facilidad, se puso de pie sobre la bicicleta, dejó con la boca abierta a Zberg, que no pudo sino abatirse sobre el sillín, y se fue. Solo, incontenible, al suelo. Tomándolo por el lado bueno, el segundo puesto de Jiménez, de 26 años, al igual que el hecho de que Ángel Luis Casero, de 24, no ganara la víspera la Clásica de San Sebastián, pueden suponer un ahorro para el presupuesto del Banesto 98. Su cotización, por lo menos, no ha seguido subiendo. El ciclista abulense y el valenciano, dos de los jóvenes con más futuro del ciclismo español, terminan contrato esta temporada. Ambos han recibido importantes ofertas de otros equipos españoles (ONCE y Kelme, con el Seguros Vitalicio a la espera), con lo que las negociaciones de renovación prometen ser complicadas. A su valor intrínseco (unos 50 millones brutos para Jiménez, octavo en el último Tour, y unos 30 para Casero), establecido por lo que han hecho y lo que pueden seguir haciendo en la carretera, hay que añadir el valor del deseo, establecido por la necesidad que tienen otros equipos de hacerse con ellos. La suma es su valor de mercado, muy superior a lo que su equipo pueda estar dispuesto a dar. Si el Banesto, se acercara al valor de mercado, estaría pagando un precio que difícilmente podrán devolver con triunfo; si no, podría quedarse sin alguno de los dos, o sin ambos. Ante este dilema, los dirigentes del equipo bancario tendrán que tirar de dotes de convicción psicológica, utilizando finalmente el argumento definitivo: "Si no hubierais corrido con nosotros, que os hemos llevado con tranquilidad y sin prisas, ahora no os cortejarían otros equipos". O dicho de otra forma: el que corre para ganar carreras, acaba ganando dinero; el que corre por dinero, ni gana carreras.
Vuelta a Galicia
Por otra parte, el polaco Zenon Jaskula (Mapei) ganó la Vuelta a Portugal y el holandés Servais Kilaven (TVM) la Vuelta a Dinamarca, en la que Bjarne Rús terminó tercero. Jan Ullrich, por su parte, ganó el criterium de Hamburgo.La Vuelta a Galicia, que comienza hoy en Ferrol para terminar el viernes en Vigo, presenta a dos favoritos claros: el suizo Alex Zülle (ONCE), que vuelve a la competición después de su segunda operación de clavícula a primeros del pasado mes de julio, y el aragonés Fernando Escartín (Kelme), aprovechando los últimos restos de buena forma tras el Tour. La prueba, organizada por Unipublic, parte con un déficit de 16 millones de pesetas, debido a la falta de un patrocinador. En ella participarán también Mario Cipollini (Saeco), favorito para los sprints; el ruso Pável Tonkov (Mapei), segundo en el Giro, y el italiano Chiappucci.
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