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El final de la insularidad

La Liga inglesa sufre una invasión de jugadores continentales

Santiago Segurola

El fútbol inglés, que hasta el pasado año cultivó con orgullo su insularidad, abre hoy su Liga con una invasión de jugadores continentales. Quizá porque sus entrenadores sean un holandés -Rudd Gullit- y una francés -Arsene Wenger- o quizá porque Londres invita a lo cosmopolita, el Chelsea y el Arsenal se han decidido con descaro por los extranjeros. El Chelsea cuenta con trece -entre los nuevos están De Gooey, Babayaro, Flo, Lambourde y Poyet- y el Arsenal con once, tras la llegada del holandés Overmars, de los franceses Petit y Grimandi, el español-alemán Alberto Méndez, el austríaco Mamminger y el portugués Boa. Es el signo de los tiempos en un fútbol cuya resistencia al cambio fue inquebrantable, pero que ahora se precipita hacia el otro lado del canal.Pueden llegar jugadores de aquí y de allá, pero el Manchester es el favorito. Ha ganado el título en cuatro de las últimas cinco temporadas y está dispuesto a repetir. Ha perdido al francés Cantona, y por ahí puede verse un poco huérfano de carisma y carácter. Sólo ha contratado al noruego NevIand y al internacional inglés Sheringham, un jugador sobrevalorado.

El Liverpool pierde toque y gana potencia con Paul Ince, procedente del Inter, y con el alemán Riedle, un tanque para acompañar al menudo Fowler en la delantera. En el medio campo, el noruego Leonhardsen tendrá el difícil trabajo de sustituir el ingenio del admirable John Barnes. El entrenador Roy Evans sentirá por primera vez la presión de Anfield. Después de reconstruir con buen tacto un equipo que había quedado destrozado, Evans está ahora en, la necesidad de arrebatar la surpremacía del fútbol inglés al Manchester.

Por detrás aparecen el Newcastle, el Arsenal y el Chelsea. Para el Newcastle será una temporada difícil. Durante los últimos años ha arañado el título, en medio de la frustración de la hinchada geordie. Su caso es notable porque revela la influencia de los vaivenes financieros en el fútbol británico. Después de un frenético periodo de fichajes -entre ellos el danés Tomasson, que llega con cartel, y el italiano Pistone-, el Newcastle decidió que tenía que vender a alguna de sus figuras para cuadrar el balance económico.

Como se había fichado a Tomasson para acompañar a Alan Shearer en la delantera, el entrenador Dalglish dio su aprobación al traspaso del internacional Les Ferdinand al Tottenham por 1.300 millones de pesetas. Dos días después, Shearer sufrió una rotura de ligamentos que le tendrá de baja durante ocho meses. La hinchada se sumió en la pesadumbre, pero el mayor impacto se produjo en la bolsa. Ese día, el volumen total de las acciones del Newcastlea sufrió unas pérdidas de 2.500 millones de pesetas. Todo por un traspaso y por una lesión.

El Arsenal está dirigido por el francés Arsene Wenger, que desconfía del talento de los jugadores ingleses. Es la conclusión que puede sacarse por la masiva llegada de jugadores del continente. En Highbury están encantados con Wenger después del turbulento despido del anterior técnico, George Graham. El ataque, con los holandeses Marc Overmars y Dennis Bergkamp y el ingles Wright, es uno de los más excitantes de la Liga. Y la defensa tendrá mejor control en la salida de la pelota con los franceses Petit y Grimandi, procedentes del Mónaco.

El Chelsea está de moda entre la gente chic. Han vuelto los buenos años después de casi tres décadas mediocres. Gullit pide y recibe. Tenía un problema con los porteros y ha fichado al holandes De Goey, que viene del Feyenord. Entre las adquisiciones también figura Gustavo Poyet, que buscará las llegadas y los buenos pases del italiano Zola.

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