El PSOE promoverá la coincidencia y obviará la discrepancia con IU

El PSOE está dispuesto a propiciar una oportunidad para el diálogo con Izquierda Unida. El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, espera hoy una respuesta a la carta de invitación que envió al coordinador general de Izquierda Unida, Julio Anguita, para hablar de las zonas en las que pueden entenderse frente al Gobierno. "Me concentraré en las coincidencias y no en las discrepancias de este proceso que queremos abrir", dijo Almunia. La ejecutiva aprobó ayer su reglamento interno. El secretario de organización, Cipriá Ciscar, de hecho y de derecho es el número dos del PSOE.

El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, utilizó ayer sus formas más suaves al referirse a las todavía no nacidas conversaciones con Izquierda Unida. Aún así va dando pistas de por dónde no pueden ir las cosas, desde el punto de vista socialista. "Hay que pensar en España, y no en Francia u otro país". Aquí ya hay un primer rechazo a parte del discurso de Anguita que ha tomado como ejemplo el programa común de Gobierno de socialistas y comunistas franceses. En concreto ha citado la semana laboral de 35 horas y la crítica rotunda al proceso de construcción europea.Pero todavía es pronto para hablar de contenidos. "Estoy a la espera de la carta en la que Julio Anguita responda a la nuestra y puedo decir que mi actitud es muy favorable; es más, pienso concentrarme en las coincidencias y no en las discrepancias". El diálogo y los eventuales acuerdos tienen que tener como punto de referencia "la acción de los que gobiernan en España", insistió Almunia.

El acuerdo es posible. "Lo hemos comprobado en el Parlamento donde, en algunos temas, hemos mantenido posturas conjuntas frente a la derecha pero todavía es posible incrementar nuestro esfuerzo de entendimiento recíproco", decía Almunia en su carta a Anguita. El líder del PSOE no hará mezclas en sus convocatorias, por lo que se entrevistará con el presidente de Iniciativa per Catalunya, Rafael Ribó otro día.

Toda la ejecutiva apoya a Almunia para que haga todo lo posible para sumar a muchos en la "causa común" de la izquierda, tal y como se puso de manifiesto en la reunión que ayer tuvo la comisión ejecutiva federal. En el tercer encuentro de la nueva dirección socialista quedó aprobado el reglamento de funcionamiento, en el que se reparte la tarea de cada cual. El secretario de organización del PSOE, Cipriá Ciscar, será de hecho y de derecho el número dos del partido.

Además de ocuparse "del funcionamiento y desarrollo orgánico" del partido, coordinará con el secretario general todos los trabajos de la ejecutiva y podrá convocar y recabar información de cada una de las restantes secretarías. La responsabilidad y coordinación de las campanas electorales le confieren una capacidad de decisión determinante, tal y como ha querido el secretario general, Joaquín Almunia.

Para las organizaciones provinciales y regionales, no es un dato baladí quién controla las finanzas, o lo que es lo mismo, a quién se pide ayuda económica. Esta responsabilidad es de Ciscar aunque un administrador gerente se ocupará del día a día.

El artículo que establece las funciones del secretario general en pocas palabras lo dice todo. "El secretario general coordina la política y la estrategia del partido y es el portavoz de la comisión ejecutiva federal; ostenta la representación del partido y dirige las relaciones con otras fuerzas políticas". Los vocales más relevantes dependen de Almunia, como es el caso de José Borrell.

Al responsable de Relaciones con los Medios, Alfredo Pérez Rubalcaba, le compete "propiciar la proyección del partido en los medios de comunicación y la presencia pública de los miembros de la ejecutiva". En ausencia de Joaquín Almunia, será la cara y la voz del PSOE.