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"Me equivoqué, pensé que las heridas en el PSOE estaban cerradas"

Anabel Díez

Txiki Benegas, de 48 años, secretario de Relaciones Políticas e Institucionales del PSOE, forma con Felipe González y Alfonso Guerra el trío que sobrevive en la dirección del partido desde el Congreso de Suresnes de 1974. A pesar de tantos años en la cúpula del poder, admite con toda naturalidad que le gustaría seguir aunque es consciente de que su etiqueta guerrista va a jugar radicalmente en su contra. Y lamenta que no se analice la gestión de cada cual para evaluar quiénes han hecho dignamente su trabajo en la dirección saliente: "Me equivoqué, ingenuamente creí que las heridas estaban cerradas".Pregunta. Por primera vez usted no está participando en los prolegómenos de un congreso.

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González plantea que los delegados elijan la ejecutiva con listas abiertas para calibrar el peso de cada uno

Respuesta. Sí, es verdad. Ahora veo que hay reuniones previas, que me parecen bien, pero considero un error anunciar como ya decidido cuestiones que sólo pueden afectar a los delegados. Denoto un creciente malestar entre los delegados y espero que en este congreso reivindiquen su autonomía y su capacidad de elegir libremente lo que quieran.

P. Se refiere usted a la salida posible de Alfonso Guerra y la suya misma.

R. Se está dando una imagen de caza del hombre innecesaria e injustificada, olvidando que los ciudadanos esperan de nosotros respuestas a sus problemas. En cuanto a los miembros de la ejecutiva, me produce cierta tristeza que no se valore el trabajo realizado sino las etiquetas que a cada uno le adjudican. Otros parecen buscar un ala protectora, un cobijo-sin haber trabajado mucho.

P. La satisfacción que usted mismo mostró en la clausura del anterior congreso se ha manifestado injustificada si pensó que la integración era un hecho.

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R. Sí, creía ingenuamente que las heridas del 33º congreso estaban cerradas pero parece que estaba equivocado.

P. Algunos de sus compañeros afirman que esta ejecutiva no ha funcionado bien.

R. Pues yo discrepo. Creo que ha funcionado relativamente bien en unas circunstancias difíciles como fueron los escándalos. Después, se dio un magnífico resultado electoral.

P. Insisto. Muchos compañeros suyos no se sentían cómodos y con confianza en esa ejecutiva precisamente por la presencia de guerristas.

R. Pues yo me he sentido cómodo y he podido realizar mi trabajo con total autonomía y he contado con la colaboración de mis compañeros de ejecutiva.

P. De usted se dice que ha pisado demasiados charcos y, por tanto, no debe estar en la nueva etapa que se anuncia.

R. Si por pisar charcos se entiende dar la cara ante la dificultades sí los he pisado y creo que debería ser un mérito. Creo que todavía estamos a tiempo de reconducir el congreso.

P. ¿Reconducir quiere decir que Alfonso Guerra no salga de la ejecutiva?

R. Sí, significa eso y también que todos podamos salir cómodos y con ganas de trabajar unidos. Confío en que Felipe González intervenga y encuentre una solución equilibrada e integradora como ha hecho siempre.

P. Pero Felipe González dice que no quiere inter venir.

R. Creo que intervendrá si las cosas siguen mal y orientará el congreso para que el vencedor, por mor de nuestra división, no sea el Partido Popular y José María Aznar.

P. ¿Usted quiere seguir en la ejecutiva?

R. Sí, me gustaría, pero estoy a disposición del congreso.

P. Será consciente de que muchos delegados pueden pensar que no está mal que algunos dirigentes vayan saliendo para dejar hueco a otros.

R. Lo pueden pensar y yo tengo el derecho de querer estar. Tengo 48 años, una manifiesta vocación política y una idea de España y del socialismo democrático que me gustaría defender dentro del partido. Mantengo que una de las cualidades de la política es la experiencia.

P. Frente a lo que usted dice están las numerosas enmiendas a la ponencia-marco pidiendo la limitación del tiempo en los cargos institucionales y de partido.

R. Sí, y no las comparto, porque va en contra de la idea que uno puede tener de dedicar la vida al servicio público. Con limitación de mandatos, Ramón Rubial sería un militante de base y Felipe González sólo habría gobernado España ocho años. Lionel Jospin ha accedido ahora al poder y si hubiera limitación de mandatos también sería un militante de base por no hablar de los años fructíferos de Olof Palme en Suecia o Bruno Kreisky en Austria. Creo, además, que la limitación de mandatos juega en contra de los jóvenes. Si uno de ellos accede a la ejecutiva con 25 años y se aplica esa limitación con 33 años ya se le jubila para la política. Creo que la limitación sólo puede venir por tres vías: decisión personal, decisión de los compañeros y por decisión de los electores.

P. Su discurso choca con la demanda de relevo

R. Para que se produzca esa renovación hay que preparar con calma a los futuros dirigentes. Me gusta más el concepto innovar que renovar. De este Congreso podrían salir innovaciones en lo que más nos preocupa: el empleo.

P. Algunos guerristas auguran que tras este congreso empezará la derechización.

R. No lo sé, pregúntenme después del Congreso.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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