Un subcampeón, venido a menos
La eficacia de la República Checa tiene ya poco que ver con aquel equipo que el pasado verano, contra todo pronóstico, se plantó en a final de la Eurocopa y no aceptó su derrota ante Alemania hasta la prórroga. Los resultados han sido menos generosos desde entonces. Hasta el punto que la clasificación no le ofrece más margen ya que la victoria. Sus derrotas ante Yugoslavia, en casa y fuera, y su empate como anfitrión frente a España, le han dejado sin otra alternativa que doblegar al líder del grupo para soñar con Francia 98. Le falta por jugar más partidos que a ninguno, pero las citas en las que se jugaba el bacalao son las ya disputadas y la de esta noche.Esa situación de urgencia podría desencadenar un fútbol abierto y decididamente ofensivo, pero son conceptos que chocan frontal mente con su habitual filosofía de juego. El propio Clemente afirmó ayer que se espera de los checos la misma estructura sobria y sólida de siempre, con un esquema que parte de la seguridad defensiva por encima de todo. Donde de mostrarán los checos sus necesidades de victoria será al contragolpe, donde, ahí sí, Clemente si se espera una especie de tortura.
Bajas
El equipo de Dusan Uhrin también aparece, como España, cargado de bajas. Y dado el menor repertorio de futbolistas de altura en su país puede deducirse que más importantes. No estarán Berger, Bejbl ni Kuka, tres de los hombres que más llamaron la atención en la Eurocopa. Y tampoco jugará Suchoparek, un central zurdo de menor dificultad para reemplazar. Falta igualmente Kouba, el guardameta titular en el subcampeonato, pero a éste su inactividad en el Deportivo ya le había relegado hace tiempo a un segundo plano.
Los checos han perdido presencia en el mercado, toda vez que, salvo Nedved (Lazio), sus estrellas exportadas han incumplido sus expectativas. La mejor noticia de la galería de futbolistas que tienen los checos por el extranjero procede de Alemania. Allí, Latal y Nemec, han sido protagonistas de un título inesperado: el del Schalke 04 en la Copa de la UEFA.,
La ventaja que se puede encontrar la selección de la República Checa es que ha vuelto a adquirir el papel de víctima propiciatoria, el mismo que le permitió irrumpir por la puerta de atrás en la Eurocopa y salir de ella llena de éxito y por la grande. Se vuelve a ver al combinado de Uhrin como un rival menor y ésa es precisamente la escena que más le favorece. Con cara de perdedor, tras estudiar minuciosamente el España-Yugoslavia (2-0) de Valencia, los checos llegan con la sana intención de recuperar su gusto por la sorpresa.
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