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Amusátegui propondrá el nombramiento de Corcóstegui como vicepresidente del BCH

El presidente del Banco Central Hispano (BCH) propondrá el nombramiento de Angel Corcóstegui como vicepresidente de la entidad en la próxima reunión del consejo de administración de la entidad, que se celebrará el 12 de junio. Corcóstegui, que unirá el cargo al actual de consejero delegado, ocupará la vicepresidencia que abandona, por edad, Luis Coronel de Palma. El banco descarta, así, la intención inicial de amortizar una de las cuatro vicepresidencias. Las tres restantes están ocupadas por Fernando Abril, Fernando de Asúa y Santiago Foncillas.

Ángel Corcóstegui gana peso en el BCH. Procedente del Banco Bilbao Vizcaya (BBV), rama Vizcaya, recaló en el Central Hispano el 30 de junio de 1994 para, con el visto bueno del Banco de España, apoyar a José María Amusátegui en el plan de reflotamiento de la entidad, necesitada de un urgente saneamiento.Corcóstegui, que se consolida como segundo de a bordo del banco y sucesor de Amusátegui, se encargó del día a día y de aplicar una política de rigor en la que primaba la poca publicidad y la máxima discreción.

El ascenso de Corcóstegui se producirá en la reunión del consejo de administración del banco que está prevista para el día 12 de junio. Con su nombramiento la entidad continuará con cuatro presidentes, ya que Corcóstegui ocupará la vacante que deja el que fuera gobernador del Banco de España Luis Coronel de Palma, que en la actualidad cuenta con 72 años. Fuentes del BCH consultadas ayer ni confirmaron ni desmintieron la información.

Reducción del consejo

El banco quiere amortizar poco a poco los puestos del consejo de administración para dejarlo en torno a 20. Tras el citado consejo pasará de 28 a 27, cuando tras la fusión entre los antiguos Central e Hispano Americano se acercaba al medio centenar. La entidad, en principio, no tenía previsto cubrir la vicepresidencia que, por edad, deja Coronel de Palma; pero el presidente ha considerado más apropiado que su segundo tenga el cargo de vicepresidente, lo que refuerza también la gestión.

La reducción del consejo se producirá por jubilaciones y este año, junto a Coronel, se irá José Ferrer, presidente de Freixenet, cuya baja se producirá en octubre. Este año se ha producido también la baja de Rafael del Pino, en este caso por voluntad propia tras vender su participación por diferencias de criterio con Amusátegui.

En el camino por etapas que lleva el BCH, el nombramiento de Corcóstegui como vicepresidente ejecutivo se interpreta como el comienzo de una nueva. En cualquier caso, la propuesta de Amusátegui se produce en un momento en el que el Central Hispano atraviesa una relación tirante con el Gobierno, como consecuencia de las tensiones con la eléctrica pública Endesa.

El pacto entre BCH y Endesa, por el que comparten proyectos conjuntos en los sectores eléctrico, petrolero y de telecomunicaciones, está a punto de romperse y las relaciones personales entre sus presidentes (Amusátegui y Rodolfo Martín Villa) se han deteriorado. Corcóstegui es un punto de sosiego en esta situación.

El banco ha recuperado el aliento tras vanos ejercicios de aprietos. En 1995 comenzó a ver la luz, aunque tuvo que realizar un enorme esfuerzo para culminar el saneamiento con las reservas voluntarias procedentes de la fusión. Ese año, con unos beneficios de 12.000 millones, tuvo que rebajar el dividendo a 75 pesetas, cuando en 1994 ya había bajado de 210 a 125. En 1996, los beneficios del grupo BCH superaron los 33.000 millones y el dividendo subió de 75 a 110.

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