La final añorada
Partido estratégico. Rusia ganó la final a Suecia con un balonmano frío, táctico y exento de pasión. La apuesta por los especialistas en ataque y en defensa, con la consiguiente rueda de cambios, produjo un doble efecto: anular la opción de los contraataques y ralentizar el partido. Con estas premisas, el juego pasó a depender de la inteligencia táctica y buena prueba de ello fueron las brillantes actuaciones de los cerebros de ambos equipos -Kuleshov y Wislander-. Sólo al final, tras un par de errores rusos, Suecia puso emoción en el marcador.La manta corta. El lanzamiento a distancia es uno de los recursos imprescindibles de cualquier equipo de élite,... pero al final se resuelve por dentro. Este hecho viene a confirmar la teoría futbolística de la manta corta: cuando se sale a defender a los grandes lanzadores queda descubierta la línea de los seis metros. El partido de ayer fue una intensa, dura y pertinaz lucha por los espacios de lanzamiento interiores.
Árbitros españoles. Gallego y Lamas, con esta final y las dos olímpicas (Barcelona y Atlanta) suman un palmarés impresionante en la historia del arbitraje.