El Rayo se da un festín
Klimowicz derriba a un pobre Valencia, que se queda sin UEFA
El Rayo abofeteó, torturó y acabó dejando en pañales a un Valencia por momentos lacrimógenos. Fue el de Valdano un equipo previsible, doliente e indeciso. Que esperó al descanso para presentarse en sociedad. Tarde, muy tarde. Por entonces el Rayo ya había enseñado lo mejor de su repertorio, con Castillo mandando y Klimowicz goleando.La primera parte del Rayo fue portentosa. Para alucinar. Maltrató a un Valencia que no se enteró de qué iba la historia, mientras Guilherme descosía a los defensas con sus movimientos, enseñándole a Klimowicz el paraíso. Valdano, antes del choque, valoró no sin entusiasmo las virtudes de Klimowicz. Y como se supone que se las explicó a. sus jugadores, pues habrá que deducir que éstos hicieron oídos sordos. El largirucho delantero se lo pasó bomba. El Rayo era fútbol, toque, buen gusto y Klimowicz. Conclusión: 2-0 en el descanso.
El Valencia fue víctima del Rayo y mártir de sí mismo. Durante muchos minutos fue un equipo destemplado. Incluso incoherente con Mendieta lanzando una falta desde el borde del área cuando a su lado había futbolistas como Ortega o Karpin.
Valdano se fue herido a su vestuario en el descanso. Y a fe que les recordó a los suyos que aquello no era un partido de homenaje a Klimowicz. Que el Valencia se jugaba la UEFA. Casi nada. Salió su grupo con otro discurso. El que siempre debió tener. Cercó la meta de Contreras y VIaovic la mandó al larguero.
El Rayo parecía presto para el suicidio, encerrado en su cueva y a oscuras. En éstas que Cota dio un pase de 40 metros. Palabra. Quien la recibió fue Guilherme. Que estaba pidiendo el cambio, cojo, inservible. Y así se fue de un defensa. Y de otro. Y la puso en el área, donde apareció José María para empujar. El Rayo tomó aire, se relamió y acabó dándose un festín a costa de un Valencia que esperará mejor ocasión para visitar Europa.
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