Konishev gana en un Giro triste sin Pantani

Aunque las esperanzas de Marco Pantani en este Giro habían sufrido un duro golpe en la cronoescalada de la tercera etapa, todos los aficionados coincidían en que sólo la figura del pequeño escalador calvo podía salvar el Giro de la rutina encarnada en el aplastante dominio del ruso Pável Tonkov. Un gato se cruzó en el camino de Pantani bajando el Valico di Chiunzi el sábado y la carrera italiana se ha quedado triste. Todos auguran dos semanas de aburrimiento hasta Milán. El hombre que podía despertar la emoción en los Dolomitas y en el Mortirolo se tomará 10 días de reposo para curar sus heridas -una fuerte contusión y un desgarro muscular en el muslo izquierdo- y sólo un francés, Luc Leblanc, parece capaz de amenazar mínimamente a Tonkov. Qué Giro.Desde su revelación del 94 -terminó segundo tras Berzin y por delante de Induráin- éste era el primer Giro de Pantani, de 27 años, siempre perseguido por la mala suerte. Una caída el 1 de mayo del 95 le impidió correr aquel Giro -y, de paso, le permitió lucirse en el Tour, donde ganó dos etapas de alta montaña, y lograr el bronce en el Mundial de Colombia- y un atropello en octubre de ese mismo año le ha tenido 18 meses fuera de las carreras. Hasta que un gato acabó con sus ilusiones y las de los aficionados.

La novena etapa, ganada al sprint por otro ruso, Dmitri Konishev, que se aprovechó de la ausencia de los sprinters puros, cortados en el último puerto (el escalador Piccoli terminó segundo), trajo también consigo el abandono de Juan Carlos Domínguez (Kelme). El vallisoletano llegó escaso de gasolina y con el único objetivo de ganar la contrarreloj del tercer día. Una caída entonces le dejó sin opciones y sin moral ni fuerzas para continuar. Konishev, de 31 años, logró en Castrovillari (Calabria) su tercer triunfo en su historial en el Giro y confirma su especialización en triunfos de etapa en grandes rondas: lleva tres en el Tour y uno en la Vuelta. También encadenó la segunda victoria consecutiva de su equipo, el Roslotto, tras la de Manzoni.