Elecciones en Francia

Vieja nación política, Francia es, a fin de cuentas, una democracia juvenil. Sus citas electorales se ven marcadas por una recurrente febrilidad y por una tendencia al prurito. Se trata de un país sin serenidad política que dramatiza la elección.La indiferencia en la que ha transcurrido esta campaña podría verse como un rasgo de sabiduría: los franceses colocan por fin a la política en su verdadero lugar, importante pero no primordial. (...) Pero la indiferencia es el último disfraz de moda para ocultar la melancolía francesa. La inopinada disolución ha privado a los franceses de una verdadera campaña electoral (...) y, una vez más, se posterga la recomposición política en profundidad y se escamotean los verdaderos debates. (...)

Otra frustración que ha marcado esta campaña ha sido la de los ideales. (...) Resulta desolador tener que elegir entre una derecha continuista (...) y una izquierda que ha conseguido ser a la vez no realista e insípida.

Los sondeos reflejan el rechazo a partidos y candidatos, y el que los indecisos sean la tónica en 150 circunscripciones no es tanto el resultado de una apasionada dicotomía como de una igualada en mediocridad; la alternancia en el fracaso pone a izquierda y a derecha en igualdad de condiciones. (...)

Después de la decepción socialista y de las promesas incumplidas del chiraquismo, el nuevo poder (...) ya no tendrá derecho al fracaso.

22 de mayo