El Barça pone a prueba su espíritu de supervivencia

La Copa. No hay otra obsesión hoy en el Barça que alzar la Recopa de Europa (20.30, TVE y TV-3). No hay esta vez un punto de encuentro que ponga a salvo el equipo del resultado. Necesita el grupo azulgrana un título que de fe de su peregrinar europeo. No valen ni los antecedentes -es el rey de la competición con tres títulos- ni el programa -su adversario, el París Saint Germain, es el actual campeón- sino que se impone el triunfo como réplica a la indiferencia y al agravio recibidos. Tiene el colectivo un cierto afán justiciero y ha demostrado espíritu de supervivencia. Es un equipo con deudas pendientes.El historial de Bobby Robson, tan recordado a sus 63 años, no contempla ningún otro título que la Copa de la UEFA ganada en sus inicios con el Ipswich Town. Ronaldo es reconocido como el mejor jugador del mundo, pese a que sólo ha ganado la Copa de Holanda: "Es el partido más importante de mi vida", responde el brasileño cuando se le pregunta por la final de esta noche. Figo, el hombre 10, el mismo que desequilibró el último Barça-Madrid, no ha celebrado un título, pues su llegada coincidió con los dos últimos años de sequía del cruyffismo. Iván, el símbolo del nuevo Barça que emerge, disputa hoy su primera final. Y Guardiola, el punto de referencia del grupo, ha ganado una Copa de Europa y perdida otra. Jamás, sin embargo, jugó la Recopa, una competición que simboliza las épocas de transición en los equipos grandes.

Hasta el escenario se ajusta a las exigencias del choque. El grupo de Robson se juega el título en Holanda, el país de Johan Cruyff y Louis Van Gaal, los dos técnicos que marcan el ayer y el hoy del entrenador británico. "La misma satisfacción me daría si se jugara en China", replicó Robson.

El espíritu de supervivencia es precisamente su mejor aval ante la final. El Barcelona es un equipo acostumbrado a manejarse en partidos sin retorno incluso en situaciones de fatiga como la actual. La única laguna que contempla su ejercicio frente a los grandes es la derrota liguera en Chamartín. Los demás mano a mano los ha resuelto. Dispone de un gran plantel, múltiples recursos y, por encima de cualquier otra virtud, tiene gol, una propiedad que le permite sobrevivir a partidos sin ritmo ni contenido. Robson, por ejemplo, recuerda siempre el partido de Florencia como guión para cualquier final: aprovechó sus ocasiones de gol -marcó los dos tantos a balón parado-, y redujo el rival a la nada.

El Paris Saint Germain le aguarda preparado. El campeón de Francia tiene todos los requisitos para buscarle la ruina al Barça: es el campeón, aunque nadie ha conseguido revalidar el título en la historia de la Recopa; lleva cinco años seguidos alcanzando las semifinales o europeas; tiene por norma eliminar a los representantes españoles (el Madrid, el propio Barcelona y el Deportivo han sido sus víctimas); y lleva casi dos semanas entrenándose para ganar la final de hoy.

El cartel de la final no conseguirá llenar precisamente el estadio De Kuip, conocido como La Bañera, pese a que su capacidad apenas sobrepasa los 52.000 espectadores. Rotterdam no es una ciudad que seduzca a la gent blaugrana -en 1991 perdió la final de la Recopa en el mismo escenario frente al Manchester United-. El Barça de Robson se jugará su primer trofeo en un ambiente poco propicio o de inferioridad ante el PSG (12.000 aficionados barcelonistas ante 16.000 parisinos). Nada nuevo. Hasta en la final, a la que lleva invicto, no se libra de la sombra de duda que persigue a este equipo forjado en la adversidad. No hay otra salida que la Copa o la vuelta a las trincheras. Y ese dilema es su mejor argumento para ganar.

Alineaciones

Barcelona: Baía; Ferrer, Abelardo, Couto, Sergi; Guardiola, lván; Figo, Luis Enrique, Stoichkov; Ronaldo.

París Saint Germain: Lama; Fournier, NGotti, Le Guen, Domi; Cauet, Guerin; Leroy, Raí, Leonardo; y Loko.

Árbitro: Markus Merk (Alemania).