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BALONCESTO

Verona: David 'versus' Goliat

El modesto equipo italiano, último obstáculo para el Madrid en la Eurocopa

La Scaligera (Riello) Verona es el último rival del Real Madrid en el intento de conquistar una nueva Copa de Europa de Campeones de Copa (Eurocopa). Frente al tremendo palmarés nacional y continental que presentan los madridistas, el equipo italiano expone un currículo muy corto en honores. Los veroneses no han superado nunca el cuarto puesto en la Liga italiana -únicamente han conquistado una Copa de Italia (en 1991)- y, de rebote, consiguieron la Supercopa italiana esta misma temporada. Sin embargo, es preciso señalar que la Scaligera Verona no conquistó la Copa de Italia el año pasado. (El Stefanel de Milán, de Dejan Bodiroga, hizo "doblete" en Liga y Copa).Una de las estrellas madridistas, Dejan Bodiroga tiene algo en común con el Verona: ninguno ha conquistado, hasta ahora, un título europeo de clubes. De modo que la pregunta que se hacen todos los observadores es: ¿tiene el Verona alguna posibilidad de derribar al gigante de Madrid?

La respuesta es, a priori, no. Pero no sería la primera vez que un David derriba a un Goliat. Para cortar la cabeza del gigante, y quien sabe si alguna cabeza más como resultado de la teórica sorpresa, la Scaligera cuenta con una baza importante: su muy buena química interna.

Después de un verano movido en los despachos, el equipo veronés se enfrentó a la temporada 1996-1997 con aires de renovación. De hecho, en el baloncesto italiano, el Scaligera siempre ha sido un equipo etiquetado como "vendedor" de sus mejores jugadores (Moretti, Frosini, Bonora). De ese modo se obligaba cada temporada a recomenzar un proceso de reconstrucción de forma prácticamente eterna. Franco Marcelletti, antiguo entrenador del Caserta y hoy en el Stefanel de Milán, era el técnico encargado de mantener, cada año, el nivel del equipo. Definió esa revolución anual como "el castigo de Sísifo", aquel a quien los antiguos dioses griegos castigaban a llevar una pesada piedra hasta la cima de una montaña para arrojarla, después, por la ladera del monte obligando de ese modo a Sísifo a recomenzar su tarea una vez tras otra.

Esta temporada, sin embargo, no se ha fugado ningún jugador importante. Al contrario, se ha añadido nuevo talento a la calidad ya existente. Sin un gran estipendio, el Verona captó jugadores en el mercado italiano de un buen nivel. Y con el adiós de Marcelletti, cansado de subir la piedra al monte año tras año, llegó un nuevo entrenador, el italoamericano Phil Melillo, con ansias de cambiar la alquimia táctica del equipo. Sin embargo, Melillo no ha durado mucho en el banquillo de la Scaligera: fue despedido a mitad de temporada ante la falta de respuesta del conjunto. Pero, aun en los peores tramos de la temporada, el equipo se ha agarrado de una forma consistente a una impronta bien definida: la humildad.

En el corazón de la relativa bonanza deportiva que vive ahora el Riello destaca un hombre: Mike luzzolino. El ex jugador de la Universidad de North Carolina State es el alma del equipo veronés. Actúa como el alter ego del entrenador en el campo y ha demostrado ser uno de los jugadores más inteligentes y preclaros del baloncesto europeo. Con ancestros italianos, a luzzolino se lo rifan todos los grandes equipos italianos.

El primer análisis del Verona es sencillo: el equipo juega al ritmo que impone Mike. Es, además, como Arlauckas o Bodiroga en el Real Madrid, el jugador que asumirá, siempre, el último tiro decisivo. Su amplio repertorio de movimientos y su fertilidad atacante le convierten, además, en un jugador muy complicado, no ya de frenar, sino de marcar.

Alrededor de luzzolino, el resto del equipo se mueve bajo unos parámetros también muy claros: defensa muy fuerte los 40 minutos -preferiblemente individual- y contraataque mejor que el, ya habitual, tempo lento imperante en muchos equipos europeos.

El juego de ataque del Riello es el aspecto técnico más controvertido. "La Scaligera vive y muere con el tiro de tres puntos", dice un técnico italiano.

Sin duda, el tiro de tres puntos es el arma más notable y más notoria de la escuadra veronesa. Prácticamente todos los jugadores, salvo el pívot Boni, ejecutan algún tiro desde 6,25 metros durante cada partido.

Sin embargo, son otros matices menos técnicos los que pueden hacer peligroso al Verona en un encuentro jugado a 40 minutos. Los italianos forman un conjunto armónico dispuesto a sufrir y con una excelente cohesión interna.

La Scaligera Verona sueña con la conquista del primer título continental. Sin duda, una tarea muy difícil de conseguir porque el Real Madrid dispone de una batería de recursos que le da superioridad. Pero, algunas veces, todas las baterías que puede tener a su disposición un gigante como el Real Madrid pueden llegar a sucumbir ante una pequeña escuadra que, como David frente a Goliat, se presente a la batalla de manera humilde: armado con una honda y algunas pocas piedras.

Scaligera vive y muere con el tiro de tres puntos", dice un técnico italiano

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