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El Barça no pudo con el Fiorentina

Nadal y Batistuta marcaron los goles en un partido de Recopa equilibrado

Ramon Besa

El Barça no pudo con el Fiorentina. Quiso doblegar al adversario con su mismo fútbol y, en este terreno, los italianos no tienen rival. Son los más competitivos. El partido discurrió por donde dictó el guión del calcio: un juego especulativo, tacaño, de pocas opciones de gol y apto sólo para profesionales. No era un encuentro para divertirse ni para lucirse sino un pulso. La noche evocó aquellos partidos de hace tiempo cuando la grada siseaba, discutía y se enfurruñaba. Era cuando Iván calentaba banquillo y a Guardiola se le discutía como acompañante de Popescu.El simple enunciado de la alineación auguraba un partido de corte áspero. El grupo azulgrana presentó toda la sintomatología robsoniana que ya se le presumía: mucho juego muerto, inanimado, plano, falto de profundidad y plasticidad. Privado de Lo Pelat, fue largo tiempo un equipo casposo. Falto de Guardiola, resultó generalmente un colectivo atropellado. Otra vez, como los viejos tiempos, quedó parado en la cancha un Barça partido por la mitad. No hubo entrejuego ni transición. Ronaldo quedó apartado, perdido y, generalmente, desconectado, y Vítor Baía recuperó la imagen de portero entregado a la intemperie.

Tuvo el, Barça, en contrapartida, las virtudes de los equipos rugosos: un buen fútbol físico, de juego directo, menos elaborado, una gran tendencia a explotar las jugadas a balón parado y, además, una capacidad infinita tanto para sufrir como para aguantar. Es un equipo paciente y que pide paciencia. Deja hacer y, acabado el partido, se remite al marcador.

El Fiorentina atrapó el descanso con una tremenda sensación de impotencia. Desplegó un fútbol muy trabajado, táctico, denso y llevó el tempo de la contienda sin ningún sobreesfuerzo. Redujo la capacidad ofensiva del Barcelona a dos remates, apuntó hasta en tres ocasiones al marco contrario y, sin embargo, entró en el camerino con un gol a cuestas. Porca miseria. Toda la faena se les escapó en dos jugadas: un cabezazo de Nadal a la salida de una falta y, acto seguido, el primer remate franco de Ronaldo.

Los italianos aguardaron siempre a los azulgrana con la defensa parada. El Barcelona sólo cabalgó cinco minutos montado en el serpentear de Figo. Atado el portugés, el Fiorentina tiró a su contrario hacia su campo y le puso una camisa de fuerza en la divisoria, Tocó y giró sobre Robbiati con cierto esmero. El media punta italiano se ofreció en cada jugada y habilitó a Batistuta en un par de remates. No acertó y todo su andamio, su armazón, se desplomó en una jugada a balón parado.

El gol le daba la razón al Barcelona en su planteamiento. Le otorgó grandes dividendos de acuerdo a su labor: marcó en una de las pocas opciones que tuvo y provocó la tarjeta que le impedirá a Batistuta jugar la vuelta. La segunda parte pintaba incluso más liviana que la primera. Había que aguardar al Fiorentina, ponerle cepos en la zona de gestación del juego y, una vez recuperado el cuero, lanzarse a la carrera. Así que los italianos se estiraron al tiempo que Ronaldo bajaba para recibir. Quedó parado así un partido más dividido y abierto. Un choque a merced de los futbolistas que deciden, y entonces fue cuando apareció Batistuta y se redimió de los remates fallidos del primer tiempo. El argentino retrató a Baía de un fogonazo en un balón despedido del área. La contienda regresaba de nuevo a sus orígenes. incierto. El marcador, sin embargo, era toda una hipoteca para los azulgrana. El Fiorentina dejó secuelas en el Barça. No era el de anoche un equipo creativo y dispuesto a llevar la iniciativa. Era un grupo a contrapelo, forzado por las circunstancias, puesto en la cancha por un partido, entregado a negociar un buen resultado para la vuelta más que en sentenciar. El gol de Batistuta obligó a los azulgrana a cambiar el objetivo inicial de dejar seco al rival. Había que ganar sin atender al marcador. Robson puso entonces en escena a Pizzi y adelantó a Nadal mientras retrasaba a Popescu. El Fiorentina, sin embargo, aguantó con comodidad. Los italianos están hartos de jugar con un ojo en el reloj y el otro en el marcador.

Goleada del PSG

El París Saint Germain reencontró frente al Liverpool todas las cualidades que parecía haber perdido en el campeonato francés y endosó al conjunto inglés un contundente 3-0 -goles de Leonardo (minuto 11), Cauet (m. 43) y Leroy (m. 84)- que le convierte en favorito para disputar la final de la Recopa. La fulgurante salida del París Saint Germain, campeón vigente de la Recopa y que aspira a ser el primer equipo en la historia en revalidarlo, sorprendió a los jugadores del Liverpool. Sólo Fowler puso en peligro algunas veces la portería del equipo francés.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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