_
_
_
_
_
Tribuna:EL QUIRÓFANO : QUIQUE SETIÉN
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Alternativas anuladas

Todo vale. Aunque Roberto Carlos consiguió centrar algunos balones envenenados, el Compostela cerró las bandas anulando una de las alternativas ofensivas del Madrid. Le quedó el recurso que siempre le saca de los apuros, las acciones individuales de sus delanteros. Después, lo intentó con balones a la olla, que también valen. Ritmo adecuado. Con continuos apoyos en la zona ancha, favorecidos por la acumulación de jugadores, permitió a los gallegos en la primera mitad mantener el balón en su poder, serenando el juego y adecuando el ritmo a sus necesidades. Al actuar con Penev solo en punta careció de profundidad. Numerosas ocasiones. En la reanudación, los madridistas salieron dispuestos a solventar el partido con rapidez. El excesivo repliegue de los gallegos cediendo todo el espacio, propició numerosas ocasiones sobre su portería. El empuje blanco sólo pudo ser contrarrestado con algunos aislados contraataques sin demasiado peligro.

Más información
El imperio del "ollazo"
El árbitro levantó la polémica

Rafa. Se cubrió de gloria en el Bernabéu con la ayuda del larguero y de Popov bajo la portería consiguió mantener milagrosamente su portería sin perforar. Con gran agilidad, mucha intuición y un poco de suerte, sin duda habrá sido uno de sus mejores partidos.

Fuera de juego. El toque de cabeza en el primer palo de un compañero de Raúl inhabilitó su posición antes de que efectuara el taconazo del gol fantasma. El árbitro y sus asistentes aguantaron la presión estoicamente durante todo el partido. Desconocida la actitud de Fernando Hierro al finalizar el partido con Losantos Omar después de haberle perdonado un penalti clarísimo sobre Penev.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_