Presión vendedora
La bolsa no levanta cabeza y la contratación empieza a dar señales de retirada de los inversores. Ayer fueron la deuda y la peseta las responsables de la ausencia de alicientes, y es que la primera seguía bajo presión vendedora, hasta situar la rentabilidad de la emisión a 10 años en el 7,26%, y la segunda volvía a necesitar la intervención del Banco de España para evitar superar el tipo medio de la banda de fluctuación frente al marco alemán.Se vive al minuto y ni siquiera los valores nuevos consiguen una mínima tregua. Las acciones de Adolfo Domínguez se pusieron a la venta en masa y llegaron a provocar retrasos importantes en la entrada de órdenes 21 sistema, lo que puso muy nerviosos a los operadores.
La referencia de Wall Street tampoco encuentra muchos adeptos, sobre todo después de demostrar que puede caer 100 puntos en una sesión, o remontarlos, sin previo aviso, lo que puede suponer un serio problema a la, hora de tomar posiciones o mantenerlas.
El mercado de Nueva York cerró con una pérdida de 58,92 puntos, en 6.896,56, después de un nuevo alarde de volatilidad a pequeña escala.
La contratación en el mercado continuo español fue de 76.253 millones de pesetas, de las que un 40% fue a parar a dos valores, Telefónica y Adolfo Domínguez.
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