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La investigacion judicial aumenta las sospechas sobre la 'operación Isolux'

José María de Alzola Villar, ex consejero de la instaladora eléctrica Isolux, declaró ayer ante la juez Teresa Palacios en relación con esta operación del caso Banesto que "nunca" llegó "a ver al representante de Metallgesellschaft" compañía que adquirió en enero de 1993 un 30% de Isolux y que, seis meses más tarde, en julio de 1990, lo traspasé a la Corporación Banesto.

La operación, según todos los indicios, fue un aparcamiento de seis meses para disfrazar la presencia como vendedor real de Valyser, empresa del presunto grupo oculto de Mario Conde. La transacción le produjo a Valyser una plusvalía total (ya, había vendido al grupo Banesto un 10% de Isolux en enero de 1992) de 3.800 millones.Había comprado un 40% de Isolux por 600 millones en julio de 1990 y en dos tacadas, enero de 1992 y enero de 1993, lo vendió por 4.400. Para ello se erigieron en el bufete del abogado Mariano Gómez de Liaño, dos pantallas, la instrumental Ibiser y Metallgesefischaft. Valyser, la propietaria, vendió a Ibiser y ésta, el mismo día, 22 de enero de 1993, traspasó el paquete a Metallgesellschaft. Fue ésta, finalmente, la que traspasó a la Corporación el 30% de Isolux, seis meses más tarde.

La citación de Alzola Villar fue propuesta por Banesto en el marco de la imputación del abogado Gómez de Liaño y de Javier Sitges, ambos afectados por la comisión rogatoria suiza. En ésta, el fiduciario suizo Paolo Gallone les ha atribuido la propiedad de la sociedad Jamuna, que participó en una fase de la operación Isolux.

"Cuando supe", narró Alzola Villar consejero de Isolux entre 1988 y 1993, "que había un nuevo accionista [Metallgeselschaft] pensé que nos venía muy bien para saltar a Europa, pero nunca llegue a ver, a su representante y me pareció extraño".

El testigo también fue preguntado por la operación Promociones Hoteleras. Esta sociedad fue propietaria de un palacete en la madrileña calle, de Fernando el Santo 12 y 14. Valyser, Asni y Gómez de Liaño obtuvieron una plusvalía conjunta de 1.100 millones entre la compra de Promociones Hoteleras y su venta a la Corporación Banesto, en 1991. El edificio fue adquirido para sede de la corporación, aunque no Regó a serlo nunca. Según Gallone, Asni pertenecía también a Gómez de Liaño y a Sitges.

Según Alzola Villar, que también fue apoderado del Departamento de Obras de Banesto, el edificio "resultaba muy inadecuado para sede de la corporación". Por ello, explicó, "en conversaciones con Arturo Romaní [consejero delegado de la corporación] me indica que hay qué remodelarlo,... Yo aventuré un gasto de unos 400 millones, pero al estudiarlo con un arquitecto se hizo un presupuesto de 700 y, al final, creo que salió por unos 800 millones".

. Esta reforma la pagó la Corporación Banesto. Más tarde, una empresa de la corporación, Unión Inmobiliaria Intemacional, compró Promociones Hoteleras, cuyo único bien era el citado edificio, permitiendo realizar plusvalías de 1.100 millones.

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