Greenspan alerta sobre los "espejismos" del mercado y sacude las bolsas y las divisas

Alan Greenspan, el presidente de la Reserva Federal, el equivalente del banco central de EE UU, lo hizo de nuevo. El aviso a los eufóricos navegantes de los mercados de valores sobre los excesos de volatilidad de los últimos dos años y su advertencia de que pueden ser necesarias medidas para evitar la inflación provocaron ayer una caída de casi 102 puntos en el índice Dow Jones -casi el 1,5%- dos horas después de la apertura. El dólar se revalorizó frente a las principales monedas, ante la posibilidad de aumento de los tipos de interés estadounidenses. En Madrid subió hasta 143,26 pesetas. También la Bolsa española sufrió la onda depresiva, aunque cerró con un retroceso de sólo el 0,35%.

Pasada la primera impresión, Wall Street apreció más la valoración positiva de Greenspan sobre la economía e inició una reducción de las pérdidas. El índice Dow Jones cerró en 6.983,18, con un retroceso de 55,03 puntos (el 0,78%), lejos del arranque inicial de pánico.Precaución. Ese fue el mensaje básico de Greenspan, el presidente del banco central estadounidense, azote del recalentamiento económico y guardián de la inflación. Precaución para no ofuscarse por la buena situación de la economía y el brillo de los mercados.

"Aunque debo admitir que nuestras perspectivas económicas son, en general, ciertamente favorables ( ... ) la cautela parece especialmente apropiada por lo que se refiere a la fuerte subida de la cotización de las acciones en los dos últimos años", declaró Greenspan ante el comité de Banca del Senado.

Sin aludir esta vez a la "irracional exuberancia" de los mercados, como hizo el pasado 5 de diciembre, habló de "espejismos" y vino a decir a los inversores -que es como decir a medio país, porque el 43% de los norteamericanos adultos posee acciones- que nunca hay que descartar bruscos reveses de la bolsa, aunque las condiciones sean distintas al pasado y los crash parezcan imposibles.

Greenspan atribuyó la buena situación a los bajos tipos de interés -un homenaje a sí mismo- pero advirtió que el precio del dinero no es inmutable. Con sibilinas palabras, el zar de la política monetaria alertó sobre una eventual subida de los tipos, hoy en el 5,25%.

"No podemos descartar una situación", afirmó, "en la que puedan considerarse apropiadas políticas restrictivas de carácter preventivo antes de que se hagan evidentes las señales de inflación elevada". Aunque aceptó que es difícil entender la necesidad de apretarse el cinturón, señaló que hay que mantener la cuestión encima de la mesa, porque hay datos en la situación actual que lo justifican y porque la bonanza económica relaja la vigilancia.

"Cuando la gente está expuesta a largos periodos de relativa tranquilidad económica, se orienta irremediablemente a la complacencia sobre el futuro. Es comprensible, porque llevamos 15 años de expansión", recordó, "interrumpida sólo por una recesión, y de esto hace seis años".

El anterior aviso de Greenspan fue ignorado. Después del susto desencadenado por la alusión a la "exuberancia", el índice Dow Jones empezó el año a rienda suelta y pasó la frontera de los 7.000 puntos en febrero, sólo cuatro meses después de haber cruzado la de los 6.000. Aunque la Reserva Federal puede modificar los tipos de interés cuando le parezca, la próxima cita del pleno se celebra el 25 de marzo.

Los mercados hicieron la lectura más negativa posible e interpretaron que va a haber subida inminente de tipos de interés en EE UU, informa Rafael Vidal. El dólar salió beneficiado. Pasó de cotizarse a 141,88 pesetas por la mañana a 143,26 minutos después del mensaje de Greenspan. Algo parecido ocurrió con el marco (de 1,6740 a 1,6897) y el yen (de 120,80 a 121,93).