_
_
_
_
FÚTBOL 25ª JORNADA DE LIGA

Al Betis le asusta su público

Mazinho contrarrestó el duodécimo gol de Alfonso y el Celta empató en Sevilla

Dos saques de esquina -la izquierda de Jarni, émulo del mejor Anzarda-, un cabezazo de Roberto Ríos y una vaselina de Cañas que pasó ligeramente por encima del larguero de Dutruel. Y la gente todavía estaba tomando asiento en el Villamarín. No eran prisas. Era la con fianza en las posibilidades de este equipo. Ya están casi todos sentados, pero vuelven a levantarse cuando Finidi se escapa por la banda y la pone, en la cabeza de Pier, que obliga al meta francés del Celta a lucirse y mandarla a córner. Sería un espejismo Más oportunidades en un santiamén de las que se ven a lo largo de muchos partidos. De las que se verían en este partido. El Celta, al que últimamente le resulta propicio este escenario, no se amilana y en su primera ocasión marca. El árbitro lo anula por discutible fuera de juego. El susto estaba dado y era como un empate imaginario ante las acometidas iniciales del equipo anfitrión. Después de tan trepidante comienzo, era lógico que las aguas se calmaran. Cañas intenta dirigir un duetto formado por Finidi y Alfonso y, obviamente, fracasa en el intento. En la Liga de las estrellas, los satélites tienen que reconvertirse. Segundo cabezazo de Pier, nuevamente siguiendo el rastro de la cometa improvisada por Finidi con el balón.

El manijero no está fino. Alexis entrega un balón al con trario y Vidakovic conjura el peligro. El Celta empieza a tutear al Betis. Quiere que el público también disfrute "con su juego. Acoso persistente del Betis, acoso esporádico del Celta. Es el ritmo que lleva el partido. Empieza a taponar las salidas béticas, le pone puertas al campo de la creatividad blanquiverde a base de disciplina y contraataque, de rigor y fortuna. La diáfana luz del principio se hace penumbra, la sinfonía se convierte en ruido y el acordeón chirría.

El Celta sigue creciendo y no descarta el ataque por sorpresa a la fortaleza escondida. Mazinho sorprende a todos con un derechazo seco y de volea que impresiona. El brasileño se. dispone a amortizar la modorra verdiblanca con juego, con controles inverosímiles. Es campeón del mundo. Es brasileño. Nueva incursión de Mazinho que está a punto de convertir en gol Sánchez si Merino no está debajo de los palos. Su espléndido recital se corta con la involuntaria patada a la cabeza de Finidi. El nigeriano queda fuera de combate.

Los primeros minutos del Betis habían sido de vértigo. No estaba sentado el público. No estaba asentado el rival. Cuando esto ocurrió, la fiesta terminó. Había que recompensar a sus celebrantes con oficio y con algún gol. Habrán repasado las estadísticas y comprobado que el Betis, sólo es invencible en sus salidas. Tres veces ha perdido, las tres ante su público. La distancia no es el olvido.

El equipo de la primera parte es en la segunda un conjunto de individuos. La sabiduría deviene en genialidades. Delegan unos en otros y en esa fase, tras un desbarajuste defensivo del Celta, llega el gol de Alfonso. Duodécimo. A pase de Pier, que regala: al equipo este servicio para resarcirlo de una tarjeta que le impedirá estar el domingo en Riazor.

Castro mete hombres de refresco. Revivo cumplió con el Yom Kipur en la ida, pero ahora la trompeta de Jericó tocada por gaiteros le llama para la cruzada. La reacción se produce con aliados: Olías falla incomprensiblemente y Geli desperdicia una ocasión solo ante Prats. El peligro se apellida Revivo. La, presión lleva el premio a los gallegos con un cabezazo de Mazinho, que obtiene en diferido un justo premio a su, primorosa primera parte. El empate ya no era figurado. Revivo, está a punto de marcar de cabeza.Los cambios del Celta cambiaron al Betis, lo convirtieron en un equipo vulgar, miedoso. Qué lejos quedaban las primeras líneas del guión. Una historia tan hermosa estropeada por un argumento ramplón. Con la derrota del Madrid, el único equipo imbatido fuera de casa. Vulnerable dentro, cuando recibe el calor de una de las mejores aficiones de España. Y el guión pudo entrar en barrena, pero Vidakovic evitó el remate a gol de Gudelj, que volvió a intentarlo un minuto después. El campo era del Celta, que al principio parecía un aparcero. Al Betis le habían hecho la reforma agraria en veinte minutos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_