Suker ataca, Blanc responde

, Davor Suker no oculta sus sentimientos. "Me gustaría hacer daño al Barcelona". El delantero afila sus botas cuando enfrente tiene a los jugadores azulgrana. Suker lleva seis temporadas en el fútbol español (1991-1992/1996-1997) y en este tiempo le ha tomado la medida al Barcelona. Con la camiseta del Sevilla le endosó tres goles en la Liga y un tanto espectacular de falta en el partido de la Copa de la UEFA disputado en el Sánchez Pizjuán. Pero el instinto depredador de Suker ha aumentado desde que ha llegado al Madrid: dos partidos, dos goles. Seis en total."El Barça está herido, por eso quizá es ahora un poco más peligroso, pero espero hacerle daño. En estos momentos estamos a cinco puntos en la Liga, y si les eliminamos de la Copa se resentirán". Suker presume de sus dotes de pitoniso. Ayer anunció que ganarán 2-1. "No habrá penaltis. Para que ello sucediera tendría que terminar el partido 3-2 y ese resultado ya se dio ante el Deportivo y no es normal que se repitan dos marcadores seguidos".

Suker no está solo en este nuevo reto. "Confío en la capacidad ofensiva del Madrid. Siempre hacemos goles. Me gustaría volver a marcar, pero también están ahí Mijatovic, Hierro, Raúl y Roberto Carlos". El Madrid es versátil a la hora de golear: Suker suma 16 tantos, seguido de Raúl (10) y Mijatovic, con 9. Con 46 tantos, el Madrid es el segundo equipo máximo realizador de la Liga -el tercero es el Betis con 45-, lejos aún del Barça, con una tremenda eficacia ante puerta: su olfato está avalado con 62 tantos. Ronaldo, con 19 goles, y Luis Enrique, con 11, encabezan la tabla de realizadores azulgrana.

Las cifras del Barça llevan camino de récord en la Liga, establecido precisamente por el Real Madrid de John Toshack en la temporada 1989-1990, pero no esconden un deficit: la vulnerabilidad de su defensa. Frente a los 16 goles encajados por el portero del Real Madrid Bodo IlIgner, Vítor Baía ha recibido 28. El alemán ha encajado 5 tantos en el Bernabéu frente a los 15 del portugués en el Camp Nou, que ha sido más veces batido en casa que fuera.

Los recientes descalabros del Barça en el Camp Nou ante el Hércules (2-3) y el Oviedo (2-2) han llevado a cuestionar la zaga del grupo de Bobby Robson. Vítor Baía, que reconoció hace semanas no estar en "su mejor momento", ha recibido duras críticas por sus últimas actuaciones. El guardameta internacional portugués se defendió diciendo que el fútbol es un deporte colectivo y que cuando se gana, gana el conjunto, y cuando se pierde, igual.

Pese a ser el Barça el máximo goleador de la Liga nadie consigue comprender cómo un firme aspirante al título puede haber encajado 28 tantos en 22 jornadas (una media de 1,27 por partido), 12 más que el líder, el Madrid, y el Deportivo, quinto clasificado, y 8 más que el Betis. José Mourinho, ayudante de Robson, muy enojado, llegó a decir el día del Hércules: "Estamos defendiendo como bebés". O el día del Betis: "Perdón, pero nos han metido dos goles de mierda".

En el vestuario azulgrana se resisten a hablar de la metodología del sistema y se remiten a su técnico para los problemas. "Es una cuestión que sólo el entrenador puede juzgar", señala el Laurent Blanc. "La concentración es fundamental en cualquier sistema", añade el zaguero francés, "y ante el Hércules y el Oviedo se falló". "Existe un ausencia de rigor defensivo, pero no hay que centrarse sobre el guardameta ni sobre los defensas", prosigue Blanc. "Un equipo lo integran 11 jugadores, no sólo un portero, tres o cuatro defensas, dos mediocampistas y un delantero. En el fútbol actual un delantero debe defender al igual que un defensa atacar".

Sergi coincide con su compañero sobre la falta de concentración defensiva. El lateral izquierdo, incluso, fue más explícito: "El sistema defensivo debe ir coordinado con el del centro del campo y la parte delantera. La falta de concentración que tiene le equipo, no sólo la defensa, desemboca en pájaras en momentos puntuales". Robson niega que el defecto resida en el centro del campo y replicó con contundencia cuando se le planteó que encajando tantos goles difícilmente se puede alcanzar algún objetivo: "Nuestra media funcionó bien ante el Oviedo. Nos meten goles en el área y nos falta concentración".