"Uno no se acostumbra al dolor"
Al abandonar el hospital, antes del inicio de la Navidad, Ricardo Tormo, de 44 años, se sintió como cuando "salía de permiso en la mili"'. Había recuperado parte de la libertad, después de seis meses de combatir la leucemia. "Lo primero que hice fue tomar una cerveza y alejarme del hospital, por si acaso me volvían a enganchar", bromea este bicampeón del mundo de motociclismo (en 1978 en 50cc; y en 1981 en 125cc). Recogió el testigo de Ángel Nieto, pero un accidente gravísimo mientras probaba una moto frenó su palmarés como piloto. Afrontó 28 operaciones en la rodilla maltrecha y ahora encara con entereza la leucemia. Ayer, recibió un homenaje de toda su gente y del mundo de la moto.
Pregunta. ¿Cuáles fueron los primeros síntomas de la enfermedad?
Respuesta. Cansancio, mucho cansancio. Cuando vine de Portugal de una carrera del campeonato de Europa. Fui al hospital y me ingresaron.
P. ¿Es duro el tratamiento?
R. Sí que es duro. Me han puesto muchas cosas en el cuerpo.
P. Usted tuvo 28 operaciones tras el accidente de moto en 1984. ¿Uno se acostumbra al dolor?
R. No, porque cuanto más sabes, más miedo tienes. Yo ahora veo una aguja y me entra un susto de muerte.
P. ¿Qué diferencia hay entre las operaciones de la rodilla y la enfermedad?
R. Este dolor de ahora no duele. Se te van las ganas de comer, no tienes ganas de nada. Lo último que tuve fue una herida en la vejiga urinaria debido a la medicación, pero dolor no sientes.
P. ¿Cómo ve la situación del motociclismo español?
R. Hay tres o cuatro pilotos que pueden estar en el Mundial. Alzamora, Aspar, Alberto Puig si se recupera de la pierna. El nivel creo que está alto, pero el problema es buscar patrocinadores. Aunque todos los días no salen campeones del mundo.
P. ¿Qué cambiaría si volviera a nacer?
R. Volvería a estar ligado al mundo de la moto. Le debo mucho. Intentaría que algunas fábricas no se hubieran arruinado, como Bultaco, pero correría como lo he hecho, aunque trataría que no me hubieran pasado cosas fuertes. Pero no sé si el destino me dejaría cambiar nada.
P. ¿Se ha sentido perseguido por la mala suerte?
R. No lo sé. No me he parado a pensar lo que tienen los demás para comparar si tengo mala suerte. Puede que a la gente que no es famosa no se le tenga en cuenta y tienen la mismas cosas o peores que yo.
P. ¿Le ha impresionado su estancia en el hospital?
R. Sí. No sabía que había tanta gente que padece esta enfermedad. Y he descubierto que es gente fuerte que lucha por vivir y por solucionar problemas fuertes. Me acaba de escribir una carta un chavalín de siete años que tiene lo mismo que yo y me da moral. En ella me dice: "Yo también tuve leucemia desde los cinco años y ahora ya estoy mejor. Me encanta ir de excursiones, jugar al fútbol y dibujar. Y me gustan mucho las matemáticas. Espero que te recuperes como yo". Le he de escribir. La gente si quiere, se cura.
P. ¿Ha hablado con el tenor José Carreras, que padeció la misma enfermedad?
R. No. Tengo bastante confianza en los médicos que me han tratado. Estoy muy bien atendido en el Clínic de Valencia. Hay gente que me propuso que fuera a otro sitio. Pero cuando yo entro en un sitio, o tengo confianza o no la tengo, y en este caso sí la tengo, y eso es importante para los médicos.
P. ¿Ha recibido muestras de solidaridad?
R. Sí. Muchas personas con la misma enfermedad y muchas otras que son forofas de la moto. Me han escrito cartas dándome moral. Eso es bonito, porque, después de tantos años de no estar en activo, ves gente que te quiere.
P. ¿Qué le dicen sus hijos?
R. Están afectados, porque ven que no es una enfermedad normal. Pero saben que he pasado lo más difícil. No sabíamos lo que era, y a medida que hemos ido escuchando a la gente y mirando libros, hemos visto que es una enfermedad fuerte, pero que tiene solución.
P. ¿Le van a hacer un trasplante de médula?
R. De momento, no. El médico me ha Visto tan bien que cree que no hará falta. En caso de que sí hiciera, me lo harán de mi propia medula, si s que ésta está bien, porque la médula es líquido que va mezclado con la sangre. Me han estado sacando médula.
P. ¿Cree en Dios?
R. No, creo en las personas, en hacer las cosas en. A veces me encomiendo y digo, che, ¿por qué esto?. Para mí Dios está en las personas, pero no es algo concreto que se pueda tocar. Aunque algo debe de haber habido en el origen de todo.
P. ¿Cuál ha sido el momento más feliz de su vida?
R. Para estar un rato bueno, tiene que haber muchos malos. Y los buenos han sido cuando ganamos la primera carrera, el primer Mundial, cuando nacieron mis hijos, ahora que estoy con Carmen, que estoy a gusto, me apoya en todo. Es una felicidad más larga y pausada.
P. ¿Cuál es su situación económica?
R. No es pujante, pero puedo pasar. No es como cuando corría en moto. Ahora me acoplo a lo que puedo. Creo que eran 14 millones cuando gané el Mundial, pero me quedaron dos millones después de pagar a todos.
P. ¿Tiene algún tipo de ayuda social?
R. Estoy cobrando una paga de la Seguridad Social. Pero la verdad es que el dinero se va en seguida. Aunque bueno, mientras tenga salud... Un año, después del accidente, el Consejo Superior de Deportes me pagó 150.000 pesetas mensuales, aunque después me lo tiraron. Siempre he vivido de mi trabajo.
P. Tras el accidente en 1984, ¿a qué se dedicó?
R. Muchas cosas. He sido inspector de Kawasaki, he estado en el departamento técnico en Derbi, montamos equipo con Miralles y Crivillé con la Federación para el Europeo y ganamos; anteriormente montamos un equipo con la, Federación española, que fue un desastre; y me he dedicado a restaurar motos; y también estuve con el equipo de Aspar, en el Mundial.
P. ¿Y qué espera del futuro?
R. Me gustan muchas cosas del mundo de la moto: la mecánica, dirigir un circuito, montar un equipo, una escuela. Pero sobre todo tengo ilusión por tener un trabajo fijo, en el que te levantas por la mañana y te gusta lo que haces. Y saber que cada día tienes un puesto donde ir a trabajar.
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