Paul Auster: "La televisión es mejor que el cine para las adaptaciones literarias"
El escritor neoyorquino Paul Auster casi no da crédito al éxito que han tenido en España otros países de Europa sus películas Smoke y Blue in the face. En conversación telefónica con motivo del estreno hoy de los dos títulos en Canal + (22 horas), Auster habló de nuevo sobre la gran satisfacción profesional que obtuvo de su partipación en ellos, y dijo que posiblemente volverá a escribir para el cine. "No tengo nada contra la televisión" añadió, "y de hecho creo que es un medio más apropiado para la adaptación de novelas, porque no estás restringido a un límite de dos horas". La noche de Paul Auster en Canal +, presentada por el periodista Fernando G. Delgado, incluye un reportaje con entrevistas a Auster y al director Wayne Wang.
Auster es un novelista horrorizado por la perspectiva de ver su obra resumida y recortada. En Smoke y Blue in the face, cuyos guiones fueron realizados por Auster, el narrador americano tomó las riendas para lograr un equilibrio afinadísimo entre literatura y cine. "Estoy muy contento de haber hecho Smoke y Blue in the face, fue una aventura muy interesante comentó el autor, que pronuncia cada palabra con el peso específico de su significado. Cuando dice "interesante", no lo dice por decir.Han pasado justo seis años desde que Auster publicara en el diario The New York Times el cuento corto que sería el origen de esa saga narrativa: La historia de Navidad de Auggie Wren. "La experiencia de las dos películas me sirvió para a aprender muchas cosas", explicó, "no sólo sobre el trabajo en sí, sino en mi trato con la gente, lo difícil que es abordar y terminar proyectos".
En efecto, de lo que había nacido como un largometraje de bajo presupuesto (Smoke), se desarrolló no sólo una secuela, sino un apéndice casi del todo, improvisado (Blue in the face) que se rodó en tres días del verano de 1994, bajo la dirección del propio Paul Auster. Wayne Wang, que había dirigido Smoke, se puso enfermo en el último momento.
El resultado fue un binomio cinematográfico absolutamente singular que en Estados Unidos permaneció más tiempo en cartelera que muchas películas ultracomerciales. En Smoke, Harvey Keitel reforzó su posición de actorazo de lujo, William Hurt nos regaló una de sus raras apariciones en pantalla grande y Forest Whitaker realizó un papel magistral antes de dirigir su propia película, Waiting to exhale.En Blue in the face, el reparto fue algo más complejo. La actriz Mira Sorvino promovió una presencia en pantalla que le valió luego el Oscar (por Poderosa Afrodita, de Woody Alen); Roseanne se hizo, por una vez, simpática; Michael J. Fox, en su papel de perturbado mental, empezó aquí una escalada de regreso a la popularidad. Giancarlo Esposito, Jim Jarmusch y, sobre todo, Lou Reed contribuyeron a dar a la cinta su sabor definitivo junto a otros muchos actores invitados a este delirio.
"Son las visiones más optimistas de la naturaleza humana que he escrito nunca", dijo Paul Auster en una entrevista. El autor de La trilogía de Nueva York, Leviatán y Mr. Vértigo acaba de finalizar su último libro, Hand to mouth, un ensayo autobiográfico "sobre la experiencia de vivir sin dinero", y ya está preparando su siguiente novela.
Con motivo de su estancia en Venecia durante el último festival de cine, Paul Auster pudo comprobar también de primera mano la tremenda aceptación en Europa de Smoke y Blue in the face, dos películas de planteamiento artesanal y doméstico, aparte de extremadamente literario.
"No descarto volver a escribir guiones para el cine", aseguró Paul Auster desde su casa en Brooklyn, el barrio que sirve de fondo a las dos películas y en el que el estanco de Auggie (Harvey Keitel) es ahora una oficina de giros postales.
En Estados Unidos está hoy de moda fumar cigarros puros y comportarse como antes de que sobreviniera la ola de corrección política. Sin duda, Smoke y Blue in the face son, en cierta medida, responsables de esta saludable ralentización de los hábitos.
La noche de Pau Auster pondrá el punto y final en Canal + con la emisión de los cortometrajes Café y cigarrillos, dirigido por Jim Jarmush, y Tarzán en el café Lisboa, segundo trabajo como realizador del español Francisco Plaza, en el que se aborda la falta de comunicación de nuestra sociedad.
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