El dueño de Joy Eslava reabre la discoteca Pachá

La discoteca Pachá volverá a abrir el próximo día 19 tras un año en el dique seco. El edificio fue clausurado en octubre de 1.995 por despachar alcohol a menores de 16 años. Su nuevo dueño, Pedro Trapote, propietario también de otro de los santuarios de la noche madrileña, la discoteca Joy Eslava, adquirió la pasada primavera el edificio del antiguo teatro Barceló, en el número 11 de la calle de Barceló (distrito de Centro), por 800 millones de pesetas.

Durante el mes de diciembre, Pachá abrirá todos los días de la semana. Sin embargo, a partir del próximo año, según contó ayer su relaciones públicas, Ramiro Jofre, sólo abrirá de miércoles a sábado. "La anterior etapa de esta discoteca ha muerto. Ahora nace una época mucho más vanguardista, y queremos que sea un lugar escrupuloso, pero muy divertido. Entre Pachá y Joy se repartirá la noche madrileña", explicaba Jofre.

El nuevo Pachá, decorado ahora en colores verde, negro y plata, estará dirigido a un público esencialmente joven. Y Joy Eslava, el eterno competidor de Pachá desde su inauguración en 1980, según Jofre, seguirá acogiendo a un público más plural: "Digamos que más cosmopolita, mientras que la nueva sala será mucho más local, para la juventud madrileña".

La discoteca tiene tres pisos, dos de ellos con acceso a la pista de baile, mientras que la entreplanta será una zona más relajada. El aforo es de 1.000 personas. El restaurante, de momento, permanecerá cerrado. El caserón, construido en 1930, está protegido y sólo se puede destinar a ocio.