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El PCE presiona a Anguita para negar a Nueva Izquierda el ingreso en IU por "traición y deslealtad"

Lo que se teje puede destejerse. Y el día 14 e diciembre, el Consejo Político Federal e Izquierda Unida (IU) puede rectificar la decisión tomada en la última reunión de la residencia el pasado día 4 y no admitir a Nueva Izquierda como partido dentro de la coalición. Julio Anguita, coordinador general de IU y secretario general del PCE, está sufriendo presiones del ala más dura del partido para que rechace el ingreso de Nueva Izquierda, a la que se acusa de "traición y deslealtad". La excusa es el documento sobre la unidad de la izquierda que Nueva Izquierda ha enviado a IU y que, según el PCE, ha remitido a la vez al PSOE y a Iniciativa per Catalunya, erigiéndose en interlocutor al margen de IU.

Como la túnica de Penélope, todo puede volver a su principio. Anguita está siendo presionado para que deshaga el tejido elaborado en la última presidencia de pasado día 4. Y eso que él mismo fue quien inclinó la balanza y defendió el derecho del Partido Democrático de la Nueva Izquierda -liderado por Diego López Garrido-a ingresar en IU. Un partido que hasta entonces era una corriente dentro de la coalición. Los sectores más duros del partido comunista quieren que Anguita apoye las trabas a la transformación de corriente en partido de un grupo que, en opinión del PCE, "tiene un proyecto político distinto", manifiesta una "clara deslealtad y traición a los principios de IU" y están "más cerca de los socialistas que de Izquierda Unida". Desde el pasado día 4, los dirigentes más ortodoxos del PCE han dedicado sus esfuerzos a convencer a los sectores más moderados -Rosa Aguilar, Ángel Pérez- o a otros que apoyaron el ingreso como partido de Nueva Izquierda -José Luis Núñez- de la conveniencia de plantar cara a quienes defienden el diálogo con el PSOE como estrategia de IU.

Apoyos previos

El ingreso como partido, aprobado en la reunión de la última presidencia de IU, está pendiente de la ratificación del Consejo Político -máximo órgano de gobierno entre asambleas-, a celebrar el día 14 de diciembre. Aparentemente, el tema lo cerró el pasado día 4 Anguita, que se mostró partidario de su integración, dado que cumplía todos los requisitos jurídicos. ¿Era tan sencillo? Parece que no. Quienes se opusieron al ingreso de Nueva Izquierda han aprovechado un documento elaborado por esta organización llamando a la unidad de las fuerzas progresistas para argumentar que Nueva Izquierda está actuando al margen de IU. El PCE nunca ha dado una puntada sin hilo. El hilo aquí son dos párrafos del documento de Nueva Izquierda que han venido como anillo al dedo a los ortodoxos del PCE. El primero advierte que el texto será remitido a las "presidencia de IU y a las direcciones del PSOE y de Iniciativa per Catalunya". El segundo avisa de que Nueva Izquierda "impulsará debates, jornadas de discusión y grupos de trabajo" para desarrollar políticas alternativas a la política de derechas del PP.

Ahí ha sido ella. Porque el PCE entiende que este plan es una prueba clara de que Nueva Izquierda intenta convertirse en interlocutor de la izquierda con el PSOE, al margen de IU. Con esta bandera, el PCE ha hecho campaña durante la pasada semana con los sectores comunistas más moderados, intentando frenar la conversión en partido de Nueva Izquierda.

Ángel Pérez, secretario madrileño del PCE y coordinador en Madrid de IU, admitió ayer una conversación -"informal"- con Manuel Monereo (PCE) sobre estos temas. "No conozco el documento, pero me parece muy grave que Nueva Izquierda se erija en interlocutor del PSOE", afirmó Pérez. "Así se coloca fuera. Estamos en una coalición y debemos disciplina a la organización".

Por su parte, Juan Berga, portavoz de Nueva Izquierda, mostró ayer su sorpresa por lo que le parece "un acto de represión a los que dentro de IU defendemos el diálogo en la izquierda como estrategia política". Berga señaló que "no es un acto contra nosotros, es un acto contra todos los que dentro de la coalición han apostado por el entendimiento". En cualquier caso, Berga negó que se haya enviado el texto al PSOE. "Anunciamos que se lo enviaríamos, pero sólo cuando Izquierda Unida lo hubiera debatido. Es una excusa para justificar este ataque", dijo.

Berga apuntó con cierta amarga ironía que "todavía no he visto que al PCE se le haya llamado la atención por sus documentos políticos que son una clara injerencia en las decisiones de Izquierda Unida".

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