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Mas superlativo que nunca

El Madrid y el Barça se miden en un duelo fascinante. El juego colectivo frente a las individualidades. Ronaldo, Mijatovic y Suker debutan en el gran clásico español

Santiago Segurola

Más superlativo que nunca, el duelo Madrid-Barça (20.30, Autonómicas y La 2) se agota en cifras multimillonarias -el partido moverá por todos los conceptos 45.000 millones de pesetas-, en jugadores formidables -Raúl, Mijatovic, Suker, Sergi, Ronaldo, Blanc y Figo figuran entre los 50 aspirantes al Balón de oro-, en la actividad de las casas de apuestas londinenses -en la casa William Hill, el Madrid sale favorito 6-5, con el resultado de 1-0 y gol de Suker en el primer tiempo-, en audiencias escandalosas -cerca de 500 millones de personas seguirán por televisión el encuentro-, en la esperanza de un fútbol inolvidable. Todo resulta grandioso, porque este partido corona todos los enfrentamientos anteriores entre Real Madrid y Barcelona. Chamartín reventará, pero la efervescencia es contagiosa: cerca de 2.000 personas, acudieron al aeropuerto de Barajas para recibir al Barca. Pero debajo de tanto oro también está la realidad cruda de un partido que despejará dudas sobre el futuro del campeonato.Un equipo, el Madrid, encabeza la clasificación y quiere abrir brecha. Otro, el Barça, llega a Chamartín con Ronaldo y una extensísima nómina de estrellas, pero acude con dudas. Durante el primer tercio de Liga, las numerosas victorias del Barcelona no han ocultado algunas deficiencias notables. El Madrid, cuyo juego también ha resultado más sospechoso de lo previsto, vive ahora un clima de tranquilidad. Es un equipo a la italiana -presión, gran atención defensiva, eficacia para rentabilizar las oportunidades- que comienza a perder su lado agreste y primario en beneficio de sus mejores futbolistas.

Nunca dos equipos con tantas estrellas han sido más diferentes. Se diría que es un duelo entre vertebrados e invertebrados. El Madrid es la vertebración, incluso por exceso. Por atender al sistema, a los rigores de la presión, a la deshumanización del equipo en favor de las directrices tácticas, el Madrid ha jugado contra natura en la mayoría delas ocasiones. Sólo en las tres últimas semanas ha abierto alguna rendija a la imaginación. El equipo tiene la cualidad de dar muy mala vida a sus rivales. Juega para amargarles, para impedirles pensar y acercarse al área, para meterles en un cuerpo a cuerpo que siempre favorece los intereses del equipo de Capello. El resultado de este modelo futbolístico se aprecia en la escasa actividad de IlIgner y en el promedio de 0,8 goles recibidos por encuentro. El ataque se ha instrumentado a partir de un juego directo, de balón largo, confiado en la pegada de Raúl, Suker y Mijatovic. Incluso cuando el estilo les ha sido más desfavorable, los tres delanteros han marcado con regularidad (26 de los 31 goles del Madrid).

En los últimos tiempos, el juego madridista se ha pulido apreciablemente. De alguna manera, parece que el plan de Capello ha encontrado un punto en común con el plan de los jugadores. A estas alturas de la Liga, el Madrid tiene la confianza del líder, de su condición de invicto, del conjunto bien armado para defenderse y de un ataque que resuelve.

Si el Madrid es la vertebración y sus excesos, el Baça es la desvertebración. Al día de hoy, el Barcelona ofrece las mismas dudas que en el primer partido. Es un equipo poco trabajado en el aspecto táctico. Lo normal es un juego difuso, donde cada uno va a su aire. Blanc, un jugador inteligente, ha definido la situación como una falta de diálogo entre las líneas. En cualquiera de sus partidos el Barca ha permitido demasiadas ocasiones a sus rivales. En este terreno, puede hablar de igual a igual, o quizá por encima del hombro, con el Madrid.

Desde la invertebración, el Barça ha sido muy capaz de anotar 46 goles (3,06 por encuentro). En este sentido es un equipo Más descentralizado que el Madrid. Frente a la abusiva presencia de Suker, Mijatovic y Raúl frente al gol, el equipo azulgrana delega sus goles en casi todos sus jugadores. Pero esta realidad no impide pensar en el efecto Ronaldo. El brasileño se ocupó personalmente de poner al Barcelona en el primer puesto. Bajo su paraguas protector, las carencias tácticas del equipo pasaron casi inadvertidas. En los dos últimos partidos, se ha visto la versión humana de Ronaldo y por ahí se han observado los defectos de un equipo que acude a Madrid en un estado de cierta aprensión.

Alineaciones

Real Madrid: lllgner; Secretario, Hierro, Alkorta, Roberto Carlos; Víctor, Seedorf, Redondo, Raúl; Mijatovic y Suker.

Barcelona: Baía; Luis Enrique, Blanc, Nadal, Sergi; Popescu, Guardiola; Amor, Giovanni; Figo y Ronaldo.

Árbitro: Brito Arceo.

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