Desilusión tras la larga espera
El Real Madrid abrió ayer las taquillas del partido más esperado y dejó un enorme regusto de desilusión. De indignación incluso. No había ninguna nota que lo indicara, pero el club tan sólo puso a la venta las entradas más baratas. Nadie les había contado a los que acamparon durante varios días en las puertas del estadio Bernabéu que si su objetivo era conseguir localidades más caras estaban perdiendo el tiempo. Su pesar fue creciendo a medida que conocieron la noticia. Sólo la masiva presencia policial evitó que el conflicto pasara a mayores.
Casi todos los que estaban en primera línea de la cola deseaban las localidades de tribuna, las de 14.000 pesetas. Pero se tuvieron que conformar con las de 6.000, las únicas que el club vendió de asiento. Antes de la nueve de la noche se puso el cartel de "no hay billetes". Entonces la reventa comenzó. Por un billete de 14.000 se pedían 100. 000 pesetas.
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