¿Lesionado, ausente o disciplicente?
La primera derrota del Barcelona reabre el debate sobre Ronaldo
¿Está lesionado? ¿Tiene miedo a recaer? ¿Es una cuestión de actitud? ¿No será que el problema radica más en los ojos que le miran que en su comportamiento? Hay la sensación de que la actitud de Ronaldo guarda cierto paralelismo con la de Romario, son futbolistas que aparecen y desaparecen, sin continuidad en el partido, que trabajan a su ritmo -ayer, por ejemplo, llegó tarde al ensayo-, y que, en contra de lo que se pueda creer, necesitan alimentarse del juego de los demás.Ronaldo, cabreado, zanja la cuestión: "Yo estoy a tope". El partido de San Mamés, sin embargo, parece desmentirle. Interviene poco y no acierta en el remate tras uno de sus grandes slaloms que hubiera supuesto el 0-2. Hay más detalles: antes de chutar con la derecha se cambia el cuero a la izquierda y pierde pegada. Mal asunto. Más tarde el pánico aumenta: se queda clavado otra vez. No pasa nada: acude al banquillo y se cambia las botas con tacos de goma porque no aguantan en el resbaladizo césped. Un remate de cabeza al travesaño da fe de su presencia en el campo hasta el último minuto.
La falta de acierto de Ronaldo y la primera derrota del Barça en la Liga devuelven al primer plano la lesión del brasileño. Los médicos dicen que está curado, los fisioterapeutas también, el propio jugador lo certifica y sus compañeros no advierten nada nuevo en su conducta. Hay, sin embargo, un hecho evidente que se apunta desde el vestuario en voz anónima y que se confirma a diario: Ronaldo está generalmente parado en los entrenamientos y los partidos no dejan de ser reflejo de los ensayos.
La diferencia respecto a otros partidos es que si bien Ronaldo no marcó -situación que ya se dio ante el Oviedo, Espanyol, Tenerife y Sevilla-, el Barça perdió por primera vez en la Liga. Perdido el liderato, la hinchada se pregunta sobre el por qué de la derrota. Y como hasta ahora sólo Ronaldo tuvo respuestas, es lógico que se le pregunte si está lesionado o es que esta vez no pudo.
Todo comenzó en el partido contra el Valencia. Ronaldo se quedó clavado en mitad de la cancha, se había roto. No habría extrañado a nadie que se hubiera quedado en el camerino en el descanso, pues el partido iba 2-0 para el Barça y el Valencia parecía entregado. El ariete volvió al campo con una muslera blanca. Y marcó un tercer gol, el del triunfo, para guardar.
Ronaldo encabezó al día siguiente, 28 de octubre, la lista de convocados para viajar a Belgrado. La lesión quedó casi en el olvido. Y aquel día, 31 de octubre, el ariete azulgrana calentó, se probó un cuarto hora antes del partido y jugó con una sola pierna en el pequeño Maracaná de Belgrado. Fue la confirmación de que estaba lesionado.
El día de Todos los Santos se desveló la situación: Ronaldo sufría un estiramiento en el recto anterior del cuadríceps de la pierna derecha, una lesión muy traicionera y peligrosa para cualquier rematador. Estuvo 18 días parado, recuperando, ronroneando y hasta especulando, y el partido en que reapareció, frente al Valladolid, realizó una faena muy funcionarial para su categoría. El diario As publicó al día siguiente que Ronaldo jugó en contra del criterio del médico, quien, como prueba -y a falta de palabras-, se remitía a la última ecografía realizada al jugador. Ahora el debate se reabre ¿Qué le pasa a Ronaldo?.
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