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De Matthews a Elvstroem

Oerter, Nicklaus Zoetemelk, Poulidor, Zoff y Shilton, otras leyendas

Los 40 años son una frontera excepcional para el deporte de alto nivel, pero ello ha permitido crear aún más mitos para la historia. El asombro de la longevidad en las canchas ha alcanzado no sólo a las modalidades más importantes, sino también a las más duras. El futbolista inglés Stanley Matthews, el atleta Al Oerter y los ciclistas Raymond Poulidor y Joop Zoetemelk han sido varios de los nombres legendarios entre los veteranos más famosos. Pero también porteros como Dino Zoff, Peter Shilton y Hugo Gatti, y golfistas como Jack Nicklaus, cuyo esfuerzo físico ha sido teóricamente menor, han llevado su calidad muy por encima de la edad normal de jubilación. El caso del boxeador George Foreman es aún más sorprendente. Oro olímpico en México 68 y campeón mundial profesional en 1973, volvió a serlo en 1994 y continúa en la cumbre a los 48 años, compensando con su enorme potencia de golpes sus lentos movimientos. Pero su mayor mérito está en haber vuelto tras 10 años dedicado a su oficio de predicador, lo que también le ha permitido que su cupo de neuronas muertas a golpes haya sido muchísimo menor.Matthews, el famoso extremo inglés, se despidió de la Primera División inglesa en febrero de 1965, nada menos que con 50 años. En 1957 jugó su último partido internacional, el número 54, con 42. Era otro fútbol y otros tiempos, pero resulta asombroso e inigualable. Tras su vuelta al Stoke City, su equipo de casi siempre, en 1961, cuando todo el mundo esperaba su lógica retirada, aún colaboró en 1963 al ascenso del Potters a Primera y fue nombrado futbolista inglés del año con 48 años.

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El lanzador de disco norteamericano Al Oerter fue cuádruple campeón olímpico entre Melbourne 56 y México 68. Teóricamente había terminado su hazaña con 32 años. Los rumores de su vuelta para los Juegos de Múnich 72 y Montreal 76 no se confirmaron. Pero en 1977, con 41 años, volvió a lanzar. En 1980, con 44, logró la quinta marca mundial del año y fue cuarto en las pruebas preolímpicas norteamericanas, simbólicas porque Estados Unidos boicotearía los Juegos de Moscú. Muchos dijeron que, de haber servido, habría estado entre los tres primeros para clasificarse. Oerter siguió tirando casi 60 metros hasta los 52 años.

Dos ciclistas han marcado como pocos la frontera de lo impresionante. El francés Raymond Poulidor, el eterno segundo, se retiró a los 40 años, y Joop Zoetemelk, que pudo romper una racha similar ganando el Tour de 1980 y el título mundial en 1985, también colgó la bicicleta a punto de cumplir los 41.

Sin embargo, el gran veterano más desconocido ha estado en la vela. El danés Paul Elvstrom ha sido el mejor especialista de todos los tiempos. Sus cuatro títulos olímpicos consecutivos -entre Londres 48 y Roma 60- y ocho participaciones han sido injusta y equivocadamente olvidados demasiadas veces en beneficio de Oerter. Rey de la clase solitaria finn, pero con la facilidad del maestro para brillar en cualquier clase, fue también cuarto en Acápulco-México 68, con 40 años, en star, y en Los Ángeles 84, en tornado, con 56 años, 38 después de su primer título. Navegaba ya con su hija Inge. También con ella, en Seúl 88, a los 60 años, acabó 15º en flying dutchman.

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