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RECOPA

El Barça impone su oficio en Belgrado

Un gol de Giovanni salvó el único minuto de zozobra ante el Estrella Roja

El fútbol pacificador del Barça se impuso a la belicosidad del Estrella Roja en el pequeño Maracaná. Ni Ronaldo fue Pelé y ni siquiera recordó a Maradona como en 1982. El equipo de Robson zanjó un partido de corte áspero con un fútbol utilitario, pragmático, funcionarial, y si se quiere, competitivo. Fue el Barça un grupo poco sentimental, acorde con la filosofía de su técnico -siempre recuerda que le pagan para ganar-, y, por tanto, efectivo. Hay que remitirse al marcador y evitar cualquier pregunta.El pulso del partido quedaba a expensas de la autoría del primer gol. Un tanto azulgrana hubiera finiquitado la contienda y dado al choque un tono lúdico, de la misma manera que un gol rojiblanco le habría proporcionado más competividad al encuentro y abierto la eliminatoria. La especulación, sin embargo, supuró por encima de la ambición durante medio partido. La negación del gol prevaleció a la afirmación. Unos y otros optaron por alargar la agonía del enfrentamiento.

El Estrella Roja se parapetó en su campo y dejó al Barcelona que tocara y tocara por donde le diera la gana. Quedó entonces al descubierto que el rondo del colectivo de Robson no supera nunca la velocidad marcada por el adversario. Ni un pase interior salió del ombligo del campo. Le faltan pasadores al equipo y el suyo es un juego más de acompañamiento que de combinación. Vivió el grupo acomodado en su parcela, mirando de no perder el cuero y buscando el control por encima del riesgo. Solamente se arrimó a la cancha contraria a balón parado y tampoco resolvió, pese a que tanto en los saques de esquina como en las faltas pusieron al descubierto toda la ingenuidad de la saga del Estrella Roja.

El equipo de Petrovic se enganchó al encuentro de manera meticulosa. Guardó su campo con virilidad e incluso recurrió a la brutalidad para mantener la línea defensiva mientras se estiraba de forma acelerada en ataque. Salió a la carrera en cada recepción del esférico y se dejó caer en ambos flancos para buscar las cosquillas a los centrales barcelonistas con duelos de dos contra uno. Njegus y Ognjenovic entraron por banda con cierta reiteración. Los problemas que tuvo el Barcelona para cerrar los extremos del campo, dado los espacios que ofrecieron los carrileros a sus espaldas, contrastaron con la lucidez de Blanc en el corte.

La llegada al descanso con el marcador a cero no pareció inquietar a ninguno de los contendientes. El arranque del segundo tiempo resultó, sin embargo, sobrecogedor. El partido se disparó en una vuelta de reloj. El Estrella Roja se oxigenó con la entrada de Pantelic y obtuvo un gol que no pudo ni siquiera celebrar. La réplica del Barcelona fue fulminante. El empate llegó al minuto con la firma de Giovanni, el mismo jugador que atajó la ventaja rojiblanca en el Camp Nou.

El gol resultó una manera inequívoca de decirle al Estrella Roja que el Barça respondería cada una de sus decisiones: si quería un choque tranquilo habría sosiego, pero si pretendía un cuerpo a cuerpo no lo rechazaría.

Muy apartado Ronaldo, tanto por el marcaje de Stankovic como por la muslera que protegía su pierna derecha, el partido adquirió el ritmo que más le conviene a futbolistas del talante de Luis Enrique. Mandó la polivalencia del asturiano por encima de detalles tan bien ya conocidos como la solvencia de Blanc en las faenas burocráticas, y el saber estar en el campo y en el área de Giovanni.

No pudo el Estrella Roja sobreponerse al empate. Forzó la máquina y arrinconó al Barça en su campo. Le faltó clarividencia ofensiva y le sobró dureza defensiva. Buscó de forma descarada el penalti que le diera al menos la esperanza de forzar una prórroga. No halló la red. El grupo rojiblanco fue víctima de su propia ansiedad, de la suficiencia de Víctor Baía y también de la mala suerte.El Barça, con un fútbol muy oportunista, podrá argumentar en su defensa que eliminó al Estrella Roja sin necesidad de contar con Ronaldo.

Ronaldo: "Sólo he jugado con una pierna"

Se tocaba la muslera, cojeaba, no llegaba. No tenía fuerza. "No estaba bien, sólo he jugado con la pierna izquierda", dijo Ronaldo al acabar el encuentro. El brasileño no chutó ni una vez con la pierna derecha, hizo un caño y cabeceó una vez a puerta. Bobby Robson, técnico del Barça, explicó que fue el propio jugador quien le rogó que le alineara: "Ronaldo fue el que se ofreció a jugar, a pesar de que se encontraba un poco mal, y yo le he dejado salir. No le hice jugar yo, pero estoy contento de que lo hiciera". Robson desveló por qué le mantuvo tanto tiempo sobre el césped: "Nuestra intención era marcar pronto y sustituirle, pero eso no ocurrió".Ronaldo sufre una distensión muscular en la pierna derecha desde el pasado sábado. El jugador resbaló y apoyó mal el pie en una jugada ante el Valencia. La pequeña lesión se agravó después del entrenamiento del lunes. Ronaldo, de hecho, fue duda hasta minutos antes del partido, cuando salió a entrenarse acompañado de José Mourinho para saber cómo había evolucionado su lesión. La duda es saber cómo estará hoy. "No ha mejorado por jugar, pero tampoco ha empeorado. En el descanso le hemos preguntado si podía seguir, y ha dicho que estaba igual que al principio", afirmó el doctor Baños.

De momento, Ronaldo es duda ante el Sporting. Debe seguir con el tratamiento establecido: Reposo, aplicación de hielo, antiinflamatorios por vía oral, masajes y electroterapia.

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