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ELECCIONES EEUU 1996

Ensalada latina

Medio millón de hispanos reivindican su parcela de poder en Chicago

JAVIER VALENZUELAComo a todos los niños de su barrio, y de todos los barrios de Chicago o cualquier otro lugar de EE UU, a Andrei Vargas, de siete años, -lo único que le preocupa esta semana es Halloween, la gran fiesta infantil de los -monstruos y los caramelos de la noche del 31 de octubre. "¿De qué te vas a disfrazar?", le pregunto. "De hombre lobo", responde. "¿Y tú?", pregunto a su hermana Elaisa, de cuatro años. "De Cinderella", replica, la pequeña. Madeline Román-Vargas corrige rápidamente a su hija: "Quieres decir de Cenicienta, ¿no?". "Eso", acepta Elaisa "de Cenicienta".

Excepto por la mención a Cinderella, la conversación con, los cuatro miembros de la familia Vargas se desarrolla en perfecto castellano: el de Pepe Vargas con acento colombiano; el de Madeline, puertorriqueño; el de sus dos hijos, indefinido. Y uno, que pisa por primera vez Chicago y que, a bote pronto, asocia la ciudad con Al Capone y Los Intocables, con el rascacielos Sears y otras audacias arquitectónicas y con el baloncestista negro Michael Jordan y sus Chicago Bulls, se siente impresionado. No por el hecho de que los Vargas hablen castellano, que en todas partes cuecen habas, sino porque al hacerlo también otros cientos de miles de vecinos, esta lengua sea, y de lejos, la segunda de Chicago.

Situémonos: estamos al borde del lago Michigan, al norte de Estados Unidos, en la vecindad de Canadá y a 1.900 kilómetros del punto más próximo de la frontera mexicana. Pues bien, hasta aquí ha subido en los últimos treinta años tal aluvión de latinos -aquí les llaman así; en, otros lugares hispanos- que, según un estudio de Pierre Devise, demógrafo de la Universidad de Roosevelt, superarán a los negros en el año 2005 y constituirán la principal comunidad de Chicago. Entretanto, con 535.315 almas censadas, constituyen ya el 20% de la población regida directamente por el Ayuntamiento de la ciudad (en los suburbios, que tienen sus propios consistorios, viven vanos millones de personas más, incluidos grandes contingentes de latinos).

El debate Clinton-Dole

Aunque el cielo está encapotado no corre hoy ese frío viento que suele barrer a Chicago, por lo que no se está demasiado mal en el jardín trasero de la vivienda unifamiliar de madera de los Vargas en el barrio de Mayfair. Andrei Elaisa están fabricando sus calabazas de Halloween y no prestan demasiada atención a las ardillas que trepan por, el peral y el manzano del jardín; los adultos, conversando, tampoco. "¿Vio el segundo debate televisado entre Clinton y Dole?", dice Madeline. "¿No le pareció escandaloso que celebrándose en Santa Mónica (California) no hubiera un solo latino en la audiencia y tampoco hubiera una sola pregunta sobre la campaña contra. los inmigrantes que han montado los republicanos?".

Madeline, de 37 años, llegó a Chicago hace dos décadas para estudiar en la Universidad de Loyola. Aunque puertorriqueña y, en consecuencia, ciudadana norteamericana. hasta entonces no hablaba inglés. Tras aprender esa lengua y graduarse en Pedagogía, trabajó siete años en el Latino Youth Alternative High School, un centro bilingüe para jóvenes hispanos fracasados en la enseñanza media ordinaria. Ahora, es decano auxiliar del Columbia Colleze y miembro activo del movimiento pata que Chicago tenga, como Nueva York, una institución universitaria hispana. Cree que ese objetivo puede conseguirse en cinco o 10 años "Chicago", dice, "sigue, dominada política y económicamente por los descendientes de irlandeses, italiznos y alemanes, pero ese grupo necesita cada vez más el apoyo de los latinos. El alcalde demócrata Richard M. Daley es consciente de ello".

De hecho, siete de los 50 concejales del consistorio de Chicago ya son latinos, al igual que lo es el joven congresista en Washington Luis Gutiérrez. Hace dos años, el puertorriqueño Gutiérrez conquistó un de los escaños de la Cámara de Representantes atribuidos a Chicago y su reelección el 5 de noviembre parece segura. Toto él como los concejales son demócratas; y es que apenas hay latino en Chicago al que, se le ocurra votar a unos republicanos que no cesan de denunciar la "peligrosa corriente migratoria" procedente del sur.

"Siempre hemos estado aquí"

Como pedagoga, Madeline cree que la discriminación de los hispanos en EE UU empieza en la escuela. "La historia que se enseña a los niños, incluidos los nuestros, es la de los anglosajones. Parece mentira que tengamos que recordar cosas tan obvias como que los latinos siempre hemos estado aquí: en Puerto Rico, Florida, Tejas, Nuevo México, California.... Muchos de nosotros, como se suele decir en Tejas, no atravesamos la frontera, sino que fue la frontera la que nos atravesó".

"Para los gringos no existimos culturalmente", subraya Pepe Vargas. Nacido en Colombia hace 46 años, Pepe llegó a Los Ángeles en 1979 con una licenciatura en Derecho y la voluntad de aprender inglés. El título no le sirvió para nada, y el inglés lo aprendió trabajando como fotógrafo ambulante. Al año siguiente. estaba en Chicago, "limpiando durante 60, horas semanales un restaurante". Pero también estudió cine, radio y televisión, y en 1985 se convirtió en el director del Festival Latino de Cine de Chicago. "Empezarnos", recuerda, "proyectando películas en las paredes de locales infectos; ahora hacemos la apertura en el mismísimo Instituto de las Artes de Chicago y durante una semana exhibimos en distintos locales unos 40 largometrajes y unos 70 cortos y documentales". Celebrado en primavera, el festival atrae a unos 25.000,espectadores, el 40% de ellos anglohablantes. "Pretendemos recordar a nuestra gente y a los gringos que, además de recoger basuras, asfaltar carreteras y preparar, tortillas, los latinos también tenemos ingenieros, médicos, escritores que ganan el premio Nobel y cineastas".

Pepe Vargas cree que la colaboración de España en el desarrollo de la cultura latina en Estados Unidos es imprescindible, y por eso contempla, con esperanza la apertura, esta misma semana, del Instituto Cervantes en el rascacielos John Hancock, el segundo más alto de Chicago. "El cine español", dice, "me interesa muchísimo. El pasado septiembre, organizamos aquí una retrospectiva de Fernando Colomo".

Con tal motivo, Colomo vino a Chicago y paseó por calles como ésta de Whipple donde el vecindario escucha Tú, sólo tú, de la asesinada Selena en Radio Ambiente, la emisora latina en FM de Chicago; comtempla absorta las andanzas de los personajes del culebrón Cañaveral de pasiones en la cadena de televisión hispana Telemundo, o lee el semanario local La Raza, que se anuncia con el lema: "Hispano, no olvides tus raíces".

Muy lejos del hermoso centro de Chicago, la calle Whipple es una de esa inmensas y destartaladas arterias cuyos comercios expresan el modo de vida norteamericano: lavanderías, ofocinas de seguros, agencias de viajes, heladerías, talleres mecánicos, tiendas de coches de segunda mano, licorerías y supermercados. Pero su mayoritaria población mexicana le ha añadido oficinas de giros postales, peluquerías, tiendas de trajes de novias y de artículos religiosos y taquerías de nombres como Águila Real o Mi Lindo Pueblo que buscan meseras y anuncian que tiene "camarones empanizados".

Caminando, pues, por una calle como ésta, Pepe Vargas le contó a Colomo su sueño de crear en Chicago un centro Internacional de las Artes Latinas, y le explicó su teoría sobre loque tienen en común los hispanos. "La nuestra es una cultura multinacional basad en la lengua española, es sustrato católico, las humillaciones inflingidas a todos por EE UU y una extraordinaria tendencia a pelearse". Como manda la tradición, explica el director del Festival Latino de Cine, los latinos de Hicago están muy divididos. En particular, a los mexicanos (el 65%) y los puertorriqueños (el 23%) les resulta francamente difícil ponerse de acuerdo.

Pepe y Madeline se conocieron y casaron hace ocho años en Chicago, y aquí piensan quedarse. Sus dos hijos nacieron en la ciudad, tienen la nacionalidad norteamericana, van a una escuela pública bilingüe y hablan con fluidez inglés y castellano. Los Vargas no creen imposible la doble fidelidad, a la democracia norteamericana y a la cultura hispana.

Clinton cosechará los votos de 'Macarena'

J. V.El puente hacia el siglo XXI, que de triunfar Bill Clinton el próximo 5 de noviembre construirá en su segundo mandato presidencial, estará en parte sostenido en votos latinos. Más de cinco millones de hspanos serán convocados a las urnas la próxima semana -1,5 millones más que hace dos años-, y, a tenor de todos los sondeos, la mayoría de los que depositen su papeleta lo harán a favor del candidato demócrata. El apoyo hispano puede ser decisivo para Clinton en Estados como California, Tejas y Florida.

Clinton puede obtener en California, el mayor apoyo hispano conseguido por un candidato presidencial demócrata en los últimos veinte años, desde que Jimmy Carter obtuviera el 76% del voto latino en ese Estado. En Arizona, Nuevo México, Colorado, Tejas, Illinois, Nueva Jersey y Nueva York -los Estados con importantes. minorías latinas- los, sentimientos de los hispanos están asimismo a su favor. Incluso en Florida, donde los cubanos han apoyado tradicionalmente a los republicanos más derechistas, Clinton puede pasar del 22% del voto hispano obtenido en 1992 al 40%.La campaña contra los inmigrantes desencadenada por los republicanos, con sus ribetes de xenofobia y racismo, ha provocado este fenómeno. Hasta ahora, los hispanos no solían votar en bloque, puesto que muchos de ellos apoyaban a los republicanos en temas como las restricciones al aborto, la reducción de la presión fiscal, la lucha contra las drogas o él anticastrismo. Además de por razones políticas, Ios hispanos, entre 25 millones y 30, millones de personas, están muy divididos en base a sus múltiples orígenes nacionales.

Pero el miedo desencadenado por la política conducida desde el Congreso por los republicanos de Newt_Gingrich está unificando en estas elecciones a ese 10% de la población de EE UU. Ese miedo ha provocado asimismo que más de un millón hayan solicitado y conseguido en los dos últimos años la nacionalidad norteamericana. Quieren conservar la protección social que le niega la mayoría republicana en el, Congreso y ejercer su derecho a votar contra los que perciben como enemigos.

"Con Bob Dole como presidente, no habrá más Macarena", dijo el pasado 11 de octubre Elizabeth Dole, esposa del candidato republicano. Expresaba el rechazo de buena parte de los norteamericanos ante el fuerte empuje de una minoría que no tiene la tez pálida, no emplea el inglés como lengua materna y no es protestante. Al día siguiente, unos 100.000 hispanos se manifestaron en Washington para recordar que muchas partes del país eran hispanas en el momento de su incorporación; por compra" cesión o conquista militar, a EE UU.

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