_
_
_
_

Una estrella conflictiva

Theresa Zabell, la mejor regatista mundial, demuestra con triunfos su razón ante la Federación de Vela

Theresa Zabell ganó su segunda medalla de oro olímpica consecutiva en la clase 470 de vela en aguas de Savannali y se confirmó como la mejor regatista mundial de los últimos años. Simplemente selló un trámite, porque su calidad ya había quedado sobradamente expuesta anteriormente. Además de sus éxitos en los Juegos de Barcelona, hace cuatro años, y el de Atlanta-Savannah, hace dos meses, cinco títulos mundiales o un número uno en la lista mundial, entre otros muchos triunfos, la acompañan. Y, sobre todo, la consideración de sus rivales y del mundo de la vela ligera. Por eso resultó sorprendente que nada más ganar el título declarara que mientras siguiera la actual Federación Española de Vela no volvería a navegar en las clases ligeras. El vaso se había desbordado. Los protagonismos no resistían más, pero con una gran diferencia: Zabell es una garantía de éxitos y lo demuestra aunque sus métodos no sean de la ortodoxia federativa.

Zabell lleva años enfrentada a la Federación Española y más concretamente a su último presidente, Fernando Bolín, que acaba ahora su mandato y no se presentará a la reelección. Los conflictos llegaron a su punto álgido en vísperas de Atlanta, pero todo se frenó para no empeorar aún más las cosas. Ahora, en la última semana, ambas partes se han vuelto a enzarzar en un cruce de acusaciones.

Las razones federativas hablan de trato injusto por parte de Zabell, a la que acusan de haberse negado, como último acto, a llevar publicidad del Gobierno Canario, patrocinador del equipo en Atlanta. La regatista, sin embargo, dice que ella ya tenía sus patrocinadores y que lo explicó a la federación señalando incluso que renunciaría a los 2.800.000 pesetas que tendría de premio de Canarias por ganar el oro y que los donaría para la promoción de la vela infantil.

La realidad

Las razones reales del choque, sin embargo, son de protagonismo. Mientras todos los triunfos de los hermanos Doreste, Gorostegui, Abascal, Van der Ploeg, Calafat o León, entre otros muchos, han sido capitalizados por "la vela española" y por consiguiente, por la federación, Theresa Zabell ha venido a romper esta línea. Ella quiere ' ser su propia empresa, apoyado en su manager y compañero Manuel López Camacho. Éste, al que también se considera desde la federación como el gran culpable de la rebeldía de Zabell, era el gran enemigo en Savannah, desde sus problemas para la acreditación hasta su situación de auténtico apestado para todo el estamento oficial. Sin embargo, la pareja Zabell-López Camacho es una apuesta segura que ofrece resultados. Simplemente quieren hacer las cosas a su manera y han roto moldes profesionalizando mucho más su deporte con legítimo derecho. El problema es que a la federación, y más concretamente al presidente Bolín, que sí ha controlado a los campeones anteriores, no le ha gustado tener ovejas fuera del redil.En el deporte español ha habido ejemplos de campeones con mal carácter y con enfrentamientos múltiples no sólo con sus federaciones, sino también con los medios de comunicación. Pero el ser campeón o estrella en un deporte no tiene por qué conllevar la simpatía. Induráin es único, pero también Ballesteros ha conseguido que le gente juegue al golf sin ser tan entrañable y no los presidentes o directivos con los que ha discutido la promoción del golf. Los ídolos, aunque sean agrios o incluso peseteros, como en otras profesiones, son lo que crean cantera.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_