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El obispo doblemente fiel

El prelado escocés que renunció a su cargo, tras fugarse con una mujer, tiene un hijo de 15 años

Los 4,4 millones de católicos que viven en el Reino Unido se preparaban anoche para afrontar hoy a lo largo y ancho del país, en oficinas, tiendas, escuelas y ministerios una jornada difícil. Ya lo había dicho el padre Tom Connelly, portavoz de la Iglesia católica de Escocia, "que sepan que van a ser objeto de burlas de toda clase", a c uenta del caso Roderick Wright.Y tenía razón. Porque el escándalo del obispo atractivo de 56 años -conocido con el sobrenombre de Starsky por su parecido con el protagonista de la serie televisiva Starsky y Hucht-, que se fugó el 9 de septiembre de su diócesis de Argyll con una enfermera divorciada de 40 años,, superó ayer los límites de un razonable escándalo sexual para convertirse en un auténtico folletín.

Joanna Whibley, otra devota feligresa de 48 años, reconoció llorosa ante las cámaras de la BBC ayer mismo haber tenido un hijo del obispo Wright tras una efímera aunque intensa relación. Un hijo que ha cumplido los 15 años, responde al nombre de Kevin Whibley y muestra escasa simpatía por el padre ausente que nunca le reconoció como sangre de su sangre y con el que apenas ha compartido "dos meses en total" en 15 años de vida.

La Iglesia católica de Escocia se apresuró a ratificar en. un breve comunicado la veracidad de la historia de Joanna Whibley, añadiendo que el episodio del hijo ha sido una de las razones por las que Wright renunció al obispado este mismo lunes. El Vaticano fue advertido de la magnitud de la catástrofe que se avecinaba y ayer mismo el Papa había aceptado la renuncia de Wright.

La historia, según Joanna Whibley, que hoy vive en un pueblecito de Sussex, al sur de Inglaterra, se remonta a los tiempos en que el obispo Wright era un simple y prometedor sacerdote en South Oist, islas occidentales escocesas. El padre Roddy se ocupó personalmente de robustecer su fe en la Iglesia Católica Romana hasta que Joanna le comunicó que estaba embarazada. "Al principio no lo aceptó. Me dijo que, nunca lo reconocería abiertamente y que si yo insistía era capaz de marcharse a Perú.- Más adelante se fue acomodando a la situación". loanna explicó ayer que las últimas noticias de Roderick Wright le llegaron en julio pasado junto con un cheque de 2.000 libras (unas 400.000 pesetas). Las cosas hubieran seguido así por mucho tiempo de no ser por la televisión.

El lunes pasado, Joanna y Kevin Whibley se enteraron, viendo un programa informativo, de que el obispo de Argyll y las Islas, tras permanecer una semana en paradero desconocido, aparentemente en compañía de Kathleen MacPhee, divorciada y madre de tres hijos, había presentado su dimisión y pedía perdón a sus feligreses, a su familia y a la de MacPhee. "Cuando vi que no se acordaba de nosotros, que no nos mencionaba como una de las causas por las que renunciaba al obispado, decidí que era hora de actuar. Anoche mismo tomé la decisión", explicó ayer, entre lágrimas, ante las cámaras de la BBC, Joanna Whibley. Whibley considera que le debía a su hijo esta confesión pública "para librarle de la carga de pensar que nunca debió nacer" y quizá como último escarmiento al hombre que escondió tras la sotana sus responsabilidades paternas.Desde la catedral de Westminster, el cardenal Basil Hume, máxima jerarquía de los católicos en Inglaterra y el País de Gales, envió ayer una nota a la prensa expresando su pesar por lo ocurrido y asegurando que desconocía el trasfondo de la dimisión de Roderick Wright. De haberlo sabido, quizá, el anciano cardenal Hume no se habría prestado a comparecer ante los periodistas, el martes pasado, para defender el celibato y la doctrina de la Iglesia en materia de sacerdocio.Sin embargo, la historia amorosa de Roderick Wright, de alguna y rocambolesc a forma, viene a darle la razón a Basil Hume, que el martes advirtió a los partidarios de los sacerdotes casados que no pecaran de ingenuos, porque "los votos del matrimonio son tan difíciles de cumplir como los del celibato".

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