_
_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

¿Cosmética o renovación

Más agilidad, menos ministros y nada de cultura en el nuevo 'Telediario' conducido por Ernesto Sáenz de Buruaga

José María Aznar no apareció hasta el minuto 24 (octava noticia: cumbre hispano-ltaliana de Valencia; tres minutos y medio de duración), y hasta ese momento tan sólo habían sido citados dos de sus ministros: Mayor Oreja (dos veces: pidiendo calma a los socios nacionalistas del Gobierno y comentando la detención de unos etarras en Vizcaya) y Romay Beccaría (asegurando que el gasto sanitario se incrementará un 6% el año próximo).Como ya no volvieron a aparecer miembros del Ejecutivo, puede decirse que Ernesto Sáenz de Buruaga se atuvo anoche, en su debú como conductor de la segunda edición del Telediario, al guión que él mismo había anunciado: "No tienen por qué aparecer obligatoriamente nueve ministros en cada Telediario".

Sáenz de Buruaga abrió su informativo con la polémica desatada por Julio Anguita al enarbolar la tricolor bandera republicana. Dio cuenta de los varapalos recibidos por Anguita (lo que le permitió dar la voz a todo el mundo: PP, PSOE y disidentes de IU), pero tuvo el elemental reflejo profesional (no demasiado habitual en las versiones anteriores de "el parte" nocturno de TVE) de entrevistar en directo al protagonista de la algarada (seis minutos). Las cargas de Anguita fueron amortiguadas por la inmediata difusión de una encuesta del CIS muy favorable para la Corona y la presentación de un elogioso perfil de don Juan Carlos (tres minutos y medio).

Las "críticas" (ésa fue la palabra empleada) de CiU y PNV al Gobierno -Ardanza y Durán Lleida tomaron la palabra- fueron la segunda noticia propuesta por el periodista burgalés, que abrió después un bloque de tribunales con el caso de los periodistas de Egin, el asunto Arny y el juicio de los violadores del ascensor, para dar paso, como sexto tema, al desalojo de un poblado chabolista madrileño.

Con independencia del debate sobre si es o no correcto política, profesional y laboralmente que el director de informativos de TVE -que ya debe orquestar el trabajo de más de 700 personas- presente el principal telediario de la cadena pública (Iñaki Gabilondo sentó un precedente durante unos meses en 1981, pero fue, como él mismo reconoce, la consecuencia de una situación "anómala" y "de emergencia", la de la crisis del 23-F), Sáenz de Buruaga estuvo anoche rápido, sobrio y seguro.

El aire profesional de su estilo, la vivacidad del ritmo de las noticias, la menor reiteración verbal de los contenidos, la voluntad de darle más peso a las imágenes, y la sin duda, muy calculada dosificación de las apariciones gubernamentales otorgó al estreno de su Telediario una impresión menos cansina, polvorienta y oficialista que lo habitual en esta cadena.

Algo menos, cabe precisar. A los 30 minutos del Telediario de Sáenz de Buruaga (María Escario dio luego cuenta de la información deportiva) le pesaron viejos defectos de la casa (por ejemplo, el paletismo: la información internacional no llegó hasta el minuto 25 y duró apenas cuatro minutos y medio; tres noticias escuetas: Bosnia, Hebrón y nave Atlantis); y le chirriaron silencios clamorosos (ni un sólo segundo consagrado a la cultura). Así que cabe la sospecha razonable de de que quizá sólo estemos ante un mero lifting auspiciado por los cachorros menos casposos del clan de Valladolid. Veremos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_