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Alegria sin alcohol

Tres casetas del ferial de Majadahonda sirven sólo bebidas para abstemios

Tres chiringuitos instalados en el ferial de Majadahonda (38.852 habitantes) ofrecen al público por 100 pesetas un amplio surtido de bebidas, del té moruno al último grito en refrescos. Todas tienen algo en común: no llevan alcohol. La intención es demostrar que es posible divertirse sin emborracharse. Cruz Roja, que regenta una de las casetas, ha diseñado un curioso sistema de promover la abstinencia. Invitan a los jóvenes a soplar en un alcoholímetro, si dan 00.00 les proporcionan un vale que pueden canjear por una bebida cuando a las dos horas vuelven a dar negativo. A las cuatro horas, el premio a la sobriedad es un bocadillo.Su clientela es la más joven: adolescentes entre los 14 y 18 años. El alcoholímetro es el foco de atención. Además de los que buscan ahorrarse unos duros, están los que soplan para comprobar si podrían ponerse al volante. "En estos casos les aconsejamos que esperen unas horas antes de conducir", asegura Ana Sorli, de 23 años y monitora de Cruz Roja. Si esto sale bien, montarán un bar, sin alcohol en el pueblo.

Los lemas "Gente sin alcohol, gente divertida", y "Dale a tu cuerpo alegría sin alcohol", impresos en una pancarta por el Ayuntamiento, son el telón de fondo a los conciertos de este fin de semana. Cerca del escenario, la barra montada por el Consejo de la Juventud compite con su menú -comida y refresco por 200 pesetas-con los minis nacionales o de importación de las otras casetas.

" El objetivo es doble: que descienda el consumo de alcohol y que al que haya bebido que le baje la borrachera", explica Alvaro Rodríguez, vicepresidente del consejo, quien asegura que el año pasado cuando trabajaba en Protección Civil recogía a chavales de 13 años casi inconscientes. Muchos, con el litro de cerveza en la mano, sólo acuden por los bajos precios de la comida. También los hay abstemios o que prefieren no beber porque trabajan al día siguiente. El Ayuntamiento subvenciona esta iniciativa con 200.000 pesetas, y sus promotores invertirán las ganancias en editar un periódico sobre asociacionismo. A las otras dos casetas no les cobra las tasas. Entre los responsables de las otras casetas -entidades ciudadanas y empresas hosteleras- hay división de opiniones. Unos halagan la iniciativa y otros se quejan por lo bajo de los precios. "Al principio, el resto de casetas estaban un poco picadas, pero ahora vienen a cenar", comenta Rodríguez.

La asociación de Emigrantes Entre Culturas, además de bebidas sin alcohol, sirve al menos una docena de platos procedentes de los países de origen de sus socios. "Se trata de que los emigrantes se integren y demostrar al resto de majariegos lo rica que es su cultura", comenta Jorge Naranjo. La música ambiente ayuda a sentirse en los respectivos países.

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