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Fernández Ochoa, a punto de ser el director general del esquí español

Francisco Fernández Ochoa, campeón olímpico de eslalon en los Juegos de Sapporo 72, está a punto de convertirse en director general del esquí alpino español. Tras muchos intentos desde hace años para que se encargara del maltratado deporte invernal, la situación de deterioro ha llegado a tal punto que él tampoco parece negarse a un reto en el que se juega su prestigio. La llegada de Pedro Antonio Martín a la cabeza del Consejo Superior de Deportes ha sido fundamental para la decisión. Una vez más, sólo las pegas de la Federación Española en las negociaciones han retrasado un acuerdo casi hecho.El esquí español está muerto desde que se retiró Blanca Fernández Ochoa tras los Juegos Olímpicos de Albertville 92 y sólo se levantó un poco de su tumba en los Campeonatos del Mundo de Sierra Nevada, en febrero de este mismo año, cuando Ainhoa Ibarra consiguió meterse entre las 10 primeras del eslalon gigante. Pero fue un pequeño estertor en el caminar casi clandestino que lleva el deporte invernal español desde hace años. Los éxitos de Blanca sólo sirvieron para tapar el desastre general que existía tras ella. La Federación Española no sólo no ha sabido sacar esquiadores para competir con dignidad en la gran competición, sino que ha tenido problemas internos casi continuos. El último, por ejemplo, cuando el director técnico, Carlos Salvadores, fue destituido pocos meses antes de los Mundiales al no aceptársele los planes que se le prometieron y además los esquiadores -entre ellos Ainhoa Ibarra- incluso hicieron un plante en su apoyo.

Una vieja idea

Francisco Fernández Ochoa estuvo ya al borde de aceptar encargarse del esquí español hace años cuando se lo ofreció Alfonso de Borbón. Sin embargo, no se comprometió, como no lo ha hecho en otras ocasiones porque quiere lógicamente manos libres para su proyecto. Las conversaciones se alargan ya desde junio y él pide libertad para nombrar entrenadores, organizar cursos para sacar técnicos españoles que prácticamente no hay, buscar proveedores o publicidad. Su hermana Blanca colaboraría directamente con él. No sería el único que tomaría decisiones, pero sí el último.

La alternativa de la familia Fernández Ochoa no sólo parece la única salida viable a una situación de estancamiento, sino la oportunidad para que quienes han sido santo y seña de este deporte en las pistas puedan también aportar sus conocimientos fuera de ellas. Aunque no todos los deportistas tienen que ser luego buenos dirigentes o técnicos, nadie puede discutirles sus conocimientos de entrada.

La realidad es que en los próximos seis años habrá tres Mundiales: Sestrieres (Italia), 1997, Vail (EE UU), 1999, y Saint-Anton (Austria), 2001, y dos Juegos Olímpicos: Nagano (Japón), 1998, y Salt Lake City (EE UU), 2002. Y el esquí español no puede seguir haciendo el ridículo.

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