Los dos sectores del PP catalán se atribuyen la mayoría de compromisarios
Los dos sectores enfrentados del Partido Popular en Cataluña se atribuían ayer la victoria en la elección de los compromisarios que acudirán al congreso del próximo día 28, celebrada el lunes. Julián Ariza, seguidor de Aleix Vidal-Quadras, atribuía a su sector al menos el 70% de los compromisarios. Antonio Ainoza, presidente del partido en Barcelona y alineado contra el aún presidente regional, ofrecía cifras absolutamente opuestas: el 85% son contrarios a Vidal-Quadras.Los porcentajes son tan contradictorios que difícilmente pueden atribuirse a un error de cálculo. Más bien responden a la guerra interna que la renuncia de Vidal-Quadras a presentarse a la reelección no ha enterrado. Un miembro de la dirección vinculado al recuento de compromisarios rebajaba la victoria de los vidalquadristas a un nada despreciable 65%.
Existe, sin embargo, coincidencia en que los seguidores de Vidal-Quadras habían triunfado en las provincias de Lleida y Girona. En relación con Tarragona los versiones son contrapuestas.
El grueso de los compromisarios (555 de un total de 1.083) se elegía en la provincia de Barcelona. Es en ésta donde las versiones son más opuestas. Según los vidal-quadristas, sus candidatos triunfaron en 5 de los 10 distritos de la capital, y en el conjunto de la provincia obtuvieron entre 300 y 320 compromisarios de los 555.
Ainoza, por el contrario, aseguró que la lista oficial -la definió como "la lista del partido", por ser fiel a las directrices de la dirección nacional- había triunfado, en algún caso al 100%, en ocho de los distritos de Barcelona y había empatado en otro (el sexto, Gràcia). En cuanto al resto de la provincia, la lista oficial se impuso en todas las comarcas excepto en el Maresme, según Ainoza.
Ayer se conocieron nuevos detalles de la reunión del comité ejecutivo nacional del lunes, ante el que Vidal-Quadras anunció su renuncia a presentarse a la reelección. La intervención más dura contra éste fue, tras la de Francisco Álvarez Cascos, la protagonizada por el presidente de Nuevas Generaciones, Pedro Calvo, quien acusó a Vidal-Quadras de mantener una posición cínica, de escudarse en su supuesta ignorancia sobre los cambios de estrategia del PP respecto a CiU y de confundir la contundencia con un radicalismo verbal que estaba llevando a la marginalidad al Partido Popular en Cataluña.
En defensa de Vidal-Quadras sólo habló José Luis Álvarez, quien defendió su labor como dirigente y, sin entrar en el fondo de sus polémicas críticas, consideró que sólo había cometido una imprudencia. Vidal-Quadras alegó que su conferencia había tenido una repercusión exagerada.
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