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ATLETISMO

Coe se resiste

Santiago Segurola

S. S. El récord más antiguo es el de 800 metros. Lo tiene Sebastian Coe desde el 10 de junio de 1981. Han pasado quince años y todos los ataques contra la marca -1.41.73s- han sido infructuosos. En 1984, el brasileño Joaquim Cruz se quedó a sólo cuatro centésimas del registro del campeón británico.

Desde entonces, nadie había conseguido bajar de 1,42 minutos y amenazar a Sebastian Coe. Hasta esta temporada. Wilson Kipketer, un keniano nacionalizado danés, ha confirmado su supremacía en la distancia con varias victorias por debajo de un 1,43 minutos y un arañazo al récord mundial de Coe en Rieti. Kipketer corrió la distancia en 1.41.83, exactamente a una décima de segundo de la plusmarca del británico.

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Aunque danés de nacionalidad, Kipketer no logró el permiso de su antigua federación, la keniana, para competir en los Juegos de Atlanta, donde tenía la victoria prácticamente asegurada. Durante 1996 no ha perdido ninguna carrera de 800 metros. Es el mejor del mundo y el único en condiciones de batir el legendario récord de Sebastian Coe. El problema es encontrar la medida justa para realizar la proeza.

La primera obligación es correr los primeros 400 metros en menos de 50 segundos. Coe lo hizo en 49,7 segundos. Pero ese paso no garantiza el récord. Prácticamente en todas las grandes reuniones se cruza la divisoria de los 400 metros en 49 segundos. En Rieti, Kipketer hizo 49,07. Es decir, con más de medio segundo de ventaja sobre Coe. El asunto es mantener la velocidad en la segunda parte de la carrera. Es un complicado manejo físico y táctico que todavía no ha dado el resultado previsto a ninguno de los aspirantes al trono de Coe.

Los expertos dicen que Kipketer, como casi todos los especialistas kenianos, tiene la velocidad y el paso eléctrico de Coe, pero no disponen de la carga de entrenamiento, ni de la fortaleza del atleta inglés. Son enormes talentos naturales que necesitan ayuda técnica y física para romper una frontera que se ha revelado inalcanzable durante quince anos y que ha ayudado a magnificar más aún el mito de Sebastian Coe.

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