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Fin de semana fatídico

Una derrota sorprendente abona la inestabilidad en el Valencia

El fin de semana se abrió para el Valencia con una noticia explosiva: se aventuraba el principio del fin de la relación Roig-Aragonés. Y terminó con una derrota dolorosa en Santander (3-2): después de una primera parte excelente de juego, se desencadenaron las desgracias en la segunda. Un fin de semana fatídico.Aunque en realidad todo parece responder a una lógica. La que dice que el enfrentamiento entre los dos máximos estamentos del club, el presidente y el técnico, no puede ser más que un mal síntoma para el porvenir del equipo, permeable a este tipo de conflictos.

El caso es que la relación entre Luis Aragonés y Francisco Roig alcanza ya la animadversión personal. Cada uno de sus encuentros amenaza tormenta. Esta vez fue en el aeropuerto de Manises, camino de Santander, cuando ambos se cruzaron unas palabras, que alguien -supuestamente un amigo de Luis- recogió y transmitió a Canal 9, que las transcribió como si fueran expresiones literales. Según la versión de la televisión valenciana, fueron reproches durísimos de Luis al presidente, resumidos así: "No presuma de ser uno de los clubes que más se ha gastado: no se ha gastado ni un duro (ha invertido 2.200 millones y ha ingresado otros tantos); ha dejado marchar a jugadores que nos dieron 58 goles; Nadal no está aquí porque usted no ha querido; tu crack Romario ha engordado dos kilos con gastroenteritis; estoy harto de Rielo [segundo entrenador del Valencia], que me está haciendo la cama".

Tras el revuelo levantado por la información, Roig se reunió con Aragonés y ambos declararon que todo había sido inventado. Sin embargo, posteriormente ambos han coincido en reconocer la veracidad de la parte menos comprometida de los reproches (la referida al poco gasto del club y la de la ausencia de los 58 goles). El técnico incluso admitió implícitamente el reproche por el fracaso en el fichaje de Nadal. "A mí me dijeron que ya estaba hecho", manifestó con cierto desengaño. Luis, en cambio, negó que hubiera dicho nada en contra de Romario o de su ayudante Rielo, con quien aseguró "una amistad importante", después de haber trabajado un año juntos.

Mas o menos verídico, el enconamiento entre presidente y entrenador es un hecho y una bomba de relojería para el futuro del equipo. Quiza ya lo fue en el estreno, ante el Racing. Cuando, tras media hora primorosa, con el primer contratiempo (el gol en propia puerta de Ferriera), el Valencia se vino radicalmente abajo, sufrió una transformación gigantesca. Después lo reconocería el propio técnico: "Debemos ser más fuertes mentalmente y mejorar en defensa". Esa debilidad psicológica propició que al Valencia le remontaran un 0-2 en Liga, algo que no sucedía desde hacía once años. Por cierto, Zubizarreta, que se quejó amargamente del reglamento que provocó su expulsión por tocar el balón con la mano fuera del área, no podrá jugar por sanción el próximo partido.

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