La Vuelta a Burgos, prueba definitiva

Miguel Induráin confesó que había terminado "algo justito" la carrera serrana, a la que había acudido sin apenas competición -desde que terminó el Tour, hace casi un mes, sólo ha disputado tres pruebas de un día: las dos olímpicas y la Clásica de San Sebastián- ni entrenamiento previos. Un, dato más que añadir a los cientos que acumula para decidir si finalmente participa en la próxima Vuelta a España. Los argumentos definitivos -capacidad de recuperación en absoluto y estado real con relación a sus rivales- los coleccionará a partir de hoy y hasta el viernes en la Vuelta a Burgos, una prueba que combina dureza -la tradicional subida a las Lagunas de Neila, mañana-, contrarreloj -19,5 kilómetros, el jueves- y rivales de entidad, los también llamados a ser protagonistas de la ronda española (Jalabert, Zülle, Escartín, Pantani) y otros que probablemente no correrán la Vuelta (Rominger, Casagrande y Luttenberger). Entre los grandes sólo faltarán Abraham Olano, que ha puesto punto final a su temporada seria, y Bjarne Riis.En parecidas circunstancias a Induráin, aunque tienen ya confirmada su participación en la Vuelta, correrán en Burgos Jalabert y Zülle, también damnificados en el Tour. Mientras que el estado del suizo es una incógnita -no ha competido desde que mostró un bajo nivel en la contrarreloj olímpica-, el de Jalabert está más claro. Tanto en la Clásica de San Sebastián como en la reciente Vuelta a Galicia, el francés ha entrado en los cortes con los mejores, pero ha evidenciado una falta de chispa.

La prueba burgalesa resolverá más interrogantes interesantes. El suizo Rominger intentará acabar con un hecho insólito: en agosto y aún sin ninguna victoria en la temporada, y el italiano Pantani correrá su primera prueba de varios días después del accidente de octubre pasado.