Sermón del Tour
Se suele decir que las derrotas son las que ponen a prueba un carácter y que, no se sabe si es bueno un general hasta que se le ve en la tesitura de organizar la retirada. Mucha gente se sorprende ante la entereza de Induráin. En Hora 25, de la SER, una oyente contenía el sollozo: "Es él, el vencido, quien nos da ánimos". Pero, en este caso, creo que lo excepcional ha ocurrido antes. Que la personalidad de Miguel haya resistido la presión de ganar cinco Tour consecutivos. Que no se haya chamuscado en la hoguera de las vanidades. Que haya salido inmune del palio y del botafumeiro mediático. Lo sorprendente no es la entereza de Miguel después de este fracaso. Lo verdaderamente llamativo es que haya sobrevivido a tanto triunfo. Y que mientras los pesados de turno le buscan tres pies al gato, él sabe que aquí sólo pasó lo que pasó.
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