Ferretti no necesitó hablar
El director italiano, satisfecho tras la primera victoria del MG
Giancarlo Ferretti, director del MG, había hablado muy alto la víspera para explicarle a Elli cómo era la llegada. Chepe González oyó su explicación -al igual que la que le dio Suárez Cuevas a Ginés- y aprovechó el conocimiento recibido mediante espionaje para llevarse la etapa. Ayer por la mañana, al comentarle al viejo Ferretti el asunto, se le preguntó por lo que podría pasar en la etapa. Respuesta de viejo zorro: "Ten por seguro que hoy hablaré bajo". Ni eso necesitó el técnico italiano para que por fin uno de los suyos, Pascal Richard, ganara la etapa. "Pascal es muy listo, lo sabe todo", dijo después del triunfo. "Sólo me acerqué una vez a hablar con él. Fue a 33 kilómetros de la meta y sólo para preguntarle cómo andaba de fuerzas. Nada más".Claro que con el ánimo de los compañeros de escapada que llevaba Richard, un corredor de gran clase y elegancia y especialista en llegadas reducidas, poca falta le hacían los consejos. Félix García Casas (Festina), uno de los dos españoles fugados dio toda una explicación, que abarcaba no sólo su no victoria sino todo su ánimo en este Tour y que mostró cómo no todos los que corren el Tour están felices con la oportunidad de dejarse ver en la carrera más importante. "Estoy en unas condiciones pésimas", dijo el madrileño. "Estoy sin fuerzas y no puedo más. No sé cómo voy a acabar el Tour". García Casas no acudió al Tour de muy buena gana. Ya en el Giro mostró su contrariedad por la selección, ya que lleva una temporada muy cargada de carreras, entre ellas también la Vuelta a Chile y el Tour Du Pont. Melcior Mauri, que empezó a mostrar la cara del nuevo ONCE, tampoco daba un duro por su triunfo. "Yendo dos parejas de compañeros de equipo [Skibby y Roux, Breukink y Nelissen], mis posibilidades eran muy limitadas. Intenté saltar porque algo había que hacer, pero enseguida vi que no me respondían las piernas", dijo el catalán. Y otro tanto, Breukink: "Sabía que iba a ganar Richard". Así cualquiera.
La etapa se desarrolló y terminó así, con una fuga consentida de nueve, sin peligro, porque eso estaba escrito. "La fuga se fraguó cuando a los 50 kilómetros se permitió beber y el pelotón se paró", explicó Eusebio Unzúe, del Banesto. "Lanzamos a Uriarte intentando que se formara otro corte detrás, en el que se infiltrara alguien importante, para hacer trabajar al Telekom. Pero nadie entró al trapo y el Telekom tuvo una etapa comodísima: los equipos de los fugados fueron los que controlaron por detrás".
"¿Cómo se va a meter alguien en eso?", se preguntó Juan Fernández, del Mapei. "A nosotros que no nos esperen. Si sigue así la cuestión, tenemos a dos muy bien colocados para la contrarreloj de Burdeos. Quienes tienen que atacar son los que están más lejos de Riis".
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