El caso de las piernas gordas

Lo decía Manolo Sáiz: "Fijaros en cómo tienen las piernas los corredores, todas gordas, da asco, parece que todavía no han empezado el Tour; antes daba gusto por estas fechas: finas, todo músculo. Es por el agua que han cogido: no sudan". Se sienta al lado Jesús Montoya. El corredor del Motorola está desesperado.Es el día de descanso. "He estado entrenando y he sudado como un cerdo, pero sólo de cintura para arriba; las piernas, nada. Luego, cuando todos se han subido a comer he hecho un cuarto de hora de rodillo para ver si rompían a sudar., y nada", explica el ciclista murciano. Romper a sudar es una de las expresiones favoritas de los corredores, la usan para decir que han andado bien, que han tenido buenas sensaciones. No opinará lo mismo, sin embargo, Miguel Induráin.

"Esa pregunta me suena a pajarón", contesta José Miguel Echávarri cuando se le interpela por el asunto. "¿Por qué? ¿No os fijásteis? Subiendo Les Arcs le sudaban las piernas a chorro limpio. Ese fue precisamente su problema. Iba abrigado para el frío y de repente salió el sol. No bebió lo, suficiente porque no tenía sensación de sed, pero empezó a perderlo todo por las piernas. Se quedó vacío".

El síntoma no pasó inadvertido a sus rivales, aunque Bjarne Riis añade otro que sólo un gran observador pudo haber captado. "Me fijé", dice el líder, "en un detalle extraño. Cuando Induráin se quitó los guantes largos y el impermeable se los metió en el bolsillo trasero del maillot. Siendo una subida, eso no se hace, por lo que me dije: 'o éste anda muy bien o está distraído, con la cabeza en otras preocupaciones'. Evidentemente era que no andaba muy bien".

Induráin siempre lleva la contraria al pelotón, evidentemente. Pero sólo fue un rato. "El día de descanso le sentó especialmente bien", dice Echávarri. "Recuperó y ya está normal". Los demás, los 150 que quedan, no tanto. O por lo menos no sienten muy bien las piernas. "Me siento un poco raro después de la lluvia", dice el siempre eficaz Bruno Cenghialta. "Pero supongo que todos se sentirán igual. Hemos retenido excesivo líquido, esperemos que el sol lo arregle todo, pero con un día, no vale, necesitamos tres o cuatro seguidos. Notarán la mejoría hasta los que han andado bien con frío: es un mal generalizado. No por salir el sol los del frío van a andar peor, o los del calor mejor que los del frío: todos andarán mejor". Uno de los médicos del Tour, Patrice Bouillon, dice que él también lo ha notado y que es una situación absolutamente normal: "La lluvia impide el sudor y provoca la retención hídrica".

El veterano Herminio Díaz Zabala nota las piernas "más cargadas". "Están duras, como bloqueadas, necesitan sudar para eliminar Ia humedad y las toxinas. Después, como nuevo". Escartín y Olano están en las mismas -"me duelen más las patas", dice el del Kelme-, aunque el campeón del mundo, un grado mejor: "Yo ya estoy bien. Con el primer día de calor vale y esto será igual para todos: no creo que el frío haya afectado más a unos que a otros".

El director de la ONCE manifiesta que cuando se desbloqueen las piernas será la señal de un día nuevo. "Están todos con las reservas intactas, las piernas llenas de energía, sólo esperan poder liberarla por fin". El calor hará sudar a los ciclistas, las piernas funcionarán ya como bielas bien engrasadas, pero ¿tendrán entonces algo más en el cuerpo? Esta duda, nadie se atreve a resolverla. Todos te mandan a darle tiempo al tiempo. Como si fueran médicos a la antigua.