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El Ejército mexicano detiene a cuatro supuestos guerrilleros de un extraño grupo en Guerrero

Cuatro jóvenes de Yerbasantita, poblado de la agreste región de Coyuca de Benítez, en el sureño Estado mexicano de Guerrero, fueron detenidos el lunes por fuerzas del Ejército bajo la acusación de pertenecer al llamado Ejército Popular Revolucionario (EPR). Este peculiar grupo guerrillero hizo su aparición en el lugar de Aguas Blancas el pasado 28 de junio. Desde entonces ha mantenido al país en una espesa incertidumbre.

Ese día se celebraba en Aguas Blancas el primer aniversario de la matanza de 17 campesinos de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) a manos de la policía. Unos 60 hombres uniformados de verde oliva, con el rostro cubierto y armados con fusiles AK-47, se plantaron en el homenaje y leyeron el Manifiesto de Aguas Blancas, un documento que transportó a los presentes a aquellos movimientos del pasado que tuvieron en Guerrero a líderes legendarios.El EPR había decidido "cambiar las herramientas de trabajo por los fusiles libertarios" para derrocar "al gran capital". El lenguaje de manual y los uniformes planchados despertaron suspicacias. Y más tratándose de Guerrero, territorio cruzado por las plantaciones de droga (es el primer productor de amapola del país), los cacicazgos, los problemas de tierra, los asesinatos políticos y los ajustes de cuentas entre narcos.

Todos los partidos se desmarcaron del nuevo grupo y lo consideraron parte de una estrategia de desestabilización. ¿De qué sector? Las hipótesis iban desde las camarillas más reaccionarias del oficialismo, contrarias a la reforma democrática, hasta que fuera un brazo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), la guerrilla surgida en el vecino Estado de Chiapas.

Una cosa quedaba clara: los organizadores del homenaje (la OCSS y un grupo llamado Movimiento de Liberación Nacional, nacido a iniciativa del EZLN), facilitaron la llegada y la salida de los armados. El subcomandante Marcos, líder zapatista, que trata ahora de abrirse espacios políticos, se apresuró a desligarse e sus "homólogos".

Fuentes de seguridad apuntaron entonces a una amalgama de grupos radicales alimentados por el Partido Revolucionario Obrero Clandestino-Unión del Pueblo (Procup), una organización nacida en los setenta a partir de la guerrilla de Cabañas, cuyos principales miembros están ahora encarcelados y cuyos cerebros son urbanos. El operativo militar parece darles la razón.

Tras la detención de los jóvenes, miembros activos de la OCSS, los soldados encontraron un zulo en el que había propaganda del Procup y el manifiesto del EPR, Los focos no acaban ahí. El Ejército descubrió la pasada noche en la sierra entre Veracruz e Hidalgo importantes arsenales de armas largas. El Gobierno hidalguense habla de narcos, mientras el obispo señala a grupos armados camuflados en supuestas organizaciones indigenistas. Los mismos elementos. El mismo laberinto.

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