Más de 7.000 protestantes se enfrentan a la policía en el 'sitio' de Portadown
El Gobierno británico puso ayer en estado de alerta a mil soldados que serán enviados a Irlanda del Norte antes del fin de semana si continúan los brotes de violencia en el Ulster a raíz de que la policía prohibiese el pasado domingo un desfile de la protestante Orden de Orange en la localidad de Portadown, a unos 40 kilómetros al sur de Belfast. De llevar a cabo este nuevo despliegue de tropas, el primero desde que el Ejército Republicano Irlandés (IRA) anunciara un alto el fuego en septiembre de 1994, el contigente, de efectivos británicos en la provincia aumentará a 18.500 soldados.
Desde el, domingo, más de 7.000 protestantes mantienen un pulso con la policía y los soldados que intentan impedir que el desfile atraviese Gravaghy Road, la zona católica de Portadown, y son continuos los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden, que mantiene el sitio unionista de la ciudad con contundente material antidisturbios.
A lo largo de la noche del lunes y del día de ayer decenas de vehículos fueron incendiados en la provincia por airados grupos de seguidores, de la Orden de Orange que bloquearon 80 calles y carreteras a lo largo y ancho de Irlanda del Norte. Ayer quedaron totalmente cortadas al tráfico las localidades de Colerame, en Derry, y la propia Portadown, en Armagh, origen de los conflictos, donde un aviso de bomba obligó a la policía a acordonar el centro.
Disparos en Belfast
En el norte de Belfast, la policía informó anoche que se habían registrado disparos de bala y que manifestantes protestantes habían arrojado cócteles molotov contra una vivienda católica, aunque no se habían producido víctimas.Los incidentes se están convirtiendo en la mayor amenaza para el proceso de paz iniciado hace dos años con el objetivo de acabar con más de 25 años de violencia sectaria entre las comunidades católica y protestante del Ulster. Los líderes de los principales partidos unionistas del Ulster advirtieron ayer en una tensa entrevista al primer ministro británico, John Major, que el mantenimiento de la prohibición del desfile por las calles de Portadown, -un bastión de la Fuerza de Voluntarios del Ulster, uno de los principales grupos terroristas protestantes-, puede convertir la provincia en un "polvorín". Major calificó los actos de violencia como "indefendibles" y pidió "máxima moderación" a los jefes protestantes.
Antes de la entrevista, los líderes del Partido Unionista Democrático, lan Paisley; del Partido Unionista del Ulster, David Trimble; y Robert McCartney, del Partido Unionista del Reino Unido, habían hecho pública su decisión de no acudir al complejo gubernamental de Stormont Castle, donde desde el pasado 10 de junio se reúne la mesa negociadora sobre el futuro del Ulster en la que están representados todos los partidos de la provincia excepto el Sinn Fein, que representa al IRA.
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