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TOUR 96

El Telekom toma el mando del Tour

El equipo alemán ganó la etapa, cuenta con el líder (Riis), el 'maillot' verde (Zabel) y el lideraro de la general por equipos

Luis Gómez

Son alemanes y eso siempre impone. Todo el mundo quiere ver a los hombres del Telekom trabajando y no hay problema: uno tras otro, en rigurosa formación, el Telekom toma el mando. Rubios, poderosos y resistentes. No les faltó ayer el más mínimo detalle, desde colocar a Ullrich en la escapada de Virenque y Ugrumov hasta propiciar un fácil triunfo de Zabel. El Tour recuperó el sol y el calor, pero ahí estaban ellos a la cabeza sin inmutarse, el gesto tenso, los relevos exactos. A ritmo de Telekom, el Tour se pregunta si van a ser capaces de controlar de esta forma la carrera. Como quiera que son alemanes y van en serio a más de uno le ha entrado por un momento un frío sudor en la frente. No vaya a ser que seguir el ritmo a destajo de este equipo se convierta en una pesadilla.Están en el Tour desde el primer día. No han descansado nunca. Pero no desfallecen. Es el equipo más potente de este Tour, posiblemente la envidia del ONCE español, porque el Telekom hace lo que le gustaría hacer a Manolo Saiz con su equipo. Llamarle el ONCE alemán sería una exageración mal entendida, pero hay una similitud en los estilos: se les vio trabajar para Zabel en la primera semana (Riis incluido), se les ha visto en escapadas (Bolts) y se les ha visto por partida triple en la montaña (Riis, UlIrich y Bolts).

No hay día que pase sin un Telekom que llevarse al cuaderno de notas: cuentan con dos corredores entre los cinco primeros, mandan descaradamente en la general por equipos y acaban de asaltar gracias al triunfo de Zabel el liderato de la clasificación por puntos. Suyo es el maillot amarillo, suyo el verde, suyo es el mejor joven (Ullrich) y suyo podría ser también el maillot de la montaña si alguien hace algo con Virenque y deja de importunar a cada puerto. Así que ahora mismo el Tour es del Telekom. Viéndoles en formación, tan aseados y alineados, da que pensar. A los alemanes siempre se les tiene por fiables.

La llegada del calor disparó la velocidad del pelotón y habrá que reconocer que Riis no tuvo ningún complejo en tomar el mando. La cuneta, además, se ha plagado de improviso de cientos de aficionados daneses con sus gorros vikingos, sus banderas rojiblancas, cierto tono futbolero en sus atuendos y una indisimulada candidez. Riis en el asfalto, Riis en las pancartas, Rlis en la televisión. Y Riis que no es un personaje especialmente llamativo, porque es tan veterano como Induráin y porque ha sido más gregario que jefe. Riis, de momento, echa por tierra la revolución generacional que apuntaba el diario L'Equipe hace unos días. Pero Riis es el líder y es el que manda. Y, de momento, manda bien. El Telekom se encarga de ello.

El Telekom tuvo, incluso, el detalle de involucrar a Ullrich en una escapada peligrosa que lanzaron entre Virenque y Ugrumov, quienes llegaron a tener una ventaja de hasta tres minutos. Dado que Ullrich está a minuto y medio de Riis, la operación ofrecía un peligro aparente y obligó al equipo Mapei a trabajar en un día que no tenía pensado hacerlo. El ruso Berzin, igualmente, tuvo que poner a un par de compañeros y lo mismo le sucedió a Induráin, al que vinieron a pedir ayuda. Neutralizada la escapada, la carrera volvió a su orden natural: o sea, el Telekom en cabeza.

Y así continuó la jornada hasta la recta final cuando los alemanes decidieron apretar el acelerador y dejar al danés Sorensen con un palmo de narices a 400 metros de la meta. Prepararon el sprint de Zabel y Zabel acudió a la cita. Todo muy ordenado, según se vio. Todo perfecto. Todo muy alemán: el Tour camina a ritmo del Telekom.

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